EN COMPAÑÍA DE LOBOS. (NEIL JORDAN, 1984).

NEIL JORDAN, THE STORYTELLER.

En compañía de lobos es un hito en el cine fantástico y de terror porque trazó la línea que faltaba para completar el cuarteto fantástico de la licantropía ochentera. En 1981, An American Werewolf in London (John Landis), The Howling (Joe Dante) y Wolfen (Michael Wadleigh) enfrentaron a los humanos con el lobo llevando a la máxima cota sus respectivas visiones de la licantropía, pero cuando parecía que el poder se ceñiría a un triunvirato, Jordan dibujó un nuevo lado en la geometría maldita, un lado que cruzó la frontera definitiva entre la realidad del terror en aquellos días y el ancestral universo de los cuentos.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

En compañía de lobos genera una extraña sensación en el espectador, tanto en los que pudimos serlo hace tiempo y tenemos la suerte de acudir de nuevo a sus enigmáticos senderos, como a todo aquel que se adentre con el ánimo adecuado en el corazón del bosque, manantial a la par que refugio de todos los sueños que alguna vez han sido.

En esta película Jordan entronca sus formas, fondos y sensaciones despertadas en el público con el universo de Jim Henson y el irresistible halo otoñal que Jack Clayton desplegó sobre su Something Wicked This Way Comes. Esta narración sobre la licantropía que recorre el tramo entre el final del otoño y el corazón del invierno hace de Neil Jordan un cuentacuentos excepcional.

WOLFS, WOODS & STRANGE COMING-OF-AGE.

En compañía de lobos abre sus secretos a un amplio abanico de puntos de vista. El espectador que lo desee puede quedarse en un trasunto de Caperucita y un hombre lobo cuya transformación concede menos al espectáculo visual que las incursiones en este terreno de Landis o Dante.

Pero este maravilloso cuento de ambiente tan acogedor como inquietante recorre todos los rincones del sueño como la burla de un ilusionista. La película interpone una especia de celda de cristal entre los ojos del espectador y las figuras que parecen flotar a la deriva en un mundo hecho a la medida de los sueños representados en los escenarios pintados en los viejos libros.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

Jordan crea un halo que actúa simultáneamente a modo de fuerza motriz y velo traslúcido que parece suavizar la narración en favor de la inocencia perdida en otras visiones de la maldición de la bestia.

Pero no hay nada más lejos de la realidad que esa fantasía creada por Jordan en base a los poderes ancestrales y alimentada de la verdad que mantiene el mundo real en movimiento: la juventud y el deseo de todo tipo de conocimiento.

En compañía de lobos es un cuento invernal acerca del instinto, pero engañará a todo aquel que se deje llevar por su apariencia dócil.

Hay dos fuerzas que contrastan y al mismo tiempo se alían en la película. Las pulsiones latentes en los fértiles sueños adolescentes y la severa templanza propia de la senectud, cuya sabiduría advierte de los peligros ancestrales narrados en los cuentos clásicos.

Tras un breve prólogo costumbrista de ambiente familiar totalmente acorde a cualquier teleserie de la época, Jordan deja atrás las contemplaciones y abre la puerta a un espacio en el que la incipiente adolescencia de Rosaleen (Sarah Patterson) es perturbada por un sueño apenas velado por la intervención de su hermana Alice (Georgia Slowe), quien dejará atrás este lado de la realidad para recorrer parte de las sendas trazadas en los intrincados sueños de su hermana, quien convierte la ventana de su habitación en una suerte de portal entre lo que conoce y lo que desea.

En compañía de lobos es un «Coming-of-age» extraño y enigmático que transcurre entre lobos, bosques y paisajes nevados envueltos en niebla, espacios de tonos gélidos y azulados que contrastan con el rojo de la capa del mito tradicional de Caperucita, el mismo rojo de la sangre alterada por pasiones a descubrir por unos y recordar por otros… todo cuanto hay de terrible en esta compañía de lobos es atávico, y siempre contrasta con el deseo juvenil por quebrantar su propia inocencia.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

La habilidad que Angela Carter demuestra en el texto original se hace patente en el guion con el que junto a Jordan adapta su propia obra. Así, la narrativa divide la película en una serie de estancias diferentes, empezando por la ventana abierta a la oscuridad en la habitación de Rosaleen, transformada ahora en una particular versión de Caperucita que escucha las advertencias e historias de Granny (Angela Lansbury) en su magnífica interpretación de la tradicional figura de la abuela en los cuentos clásicos.

Desde la cálida sensación otoñal que parece adormecer al espectador ante los horrores que habitan en todos los escenarios de este cuento, hasta el filo salvaje y azulado que sobre el que se perfilan las siluetas de las criaturas más primarias, todo gira en torno al deseo iniciado en el sueño perturbado por la pérdida de la infancia de la protagonista, dispuesta a desafiar todos los peligros que acechan en los caminos que recorre esta historia compuesta por pequeños relatos.

Hay dos puntales que sostienen la inmensa narrativa de la película: las reglas básicas y clásicas con las que Granny advierte a Rosaleen, y la inevitable ruptura de las normas por parte de ésta.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

Así es. En esta compañía de lobos compuesta de relatos hay reglas.

Senderos que no deben ser abandonados, personajes con una sola ceja en los que no se debe confiar, animales malditos que habitan en pantanos y se posan sobre ramas retorcidas y grotescas (como en aquel precedente al oscuro cuento de hadas que fue La noche del cazador), lobos cuyos ojos brillan como destellos magnéticos en la oscuridad, estancias extrañas donde la jerarquía social se entrega a un nuevo orden salvaje, inquietantes pasajeros a bordo de vehículos a los que jamás se debe subir —la presencia de Terence Stamp como especie de trasunto del terrorífico chófer de Burnt Offerings (Dan Curtis, 1976) es impagable—, y una joven mujer-lobo acechando y reinando en los páramos oscuros que —como los deseos humanos— existen al margen de los límites de la realidad.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

En compañía de lobos es —como todo gran cuento de terror— un truco sutil que adormece los sentidos del espectador para introducirlo en un mundo de escenarios conectados por los mecanismos del sueño, un mundo en el que se suceden hechos terribles como la metamorfosis, la venganza, el deseo cautivo de la frustración, o la propia muerte.

Todo ocurre bajo la influencia de tonos otoñales que dan paso al constante contraste entre la oscuridad, el blanco y el rojo, colores y elementos que recuerdan a la estética del cine del este de Europa y su dominio de los paisajes y pasajes oníricos siempre al servicio del terror, que a su vez rinde aquí sus poderes a las formas de aquello en lo que según los cuentos tradicionales jamás debemos confiar: el rostro de la inocencia.

En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).
En compañía de lobos. (Palace, ITC. 1984).

En compañía de lobos es uno de los mejores cuentos acerca del deseo y todo aquello que está prohibido ante los que el cine se ha rendido a lo largo de su historia.

En su cuarenta aniversario, larga vida a esta ilusión invernal.

https://www.filmin.es/pelicula/en-compania-de-lobos

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Octubre 2024.

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