HENSON Y EL MAGO DE OZ, FRANK OZ. EL CÓMO VENCIENDO AL QUÉ.
La vida narrada como una epopeya y contemplada a través de un cristal oscuro, fue, ya en aquel relativamente lejano 1982, algo manido por un lado, pero vanguardista y eternamente joven y poderoso por otro.
El maravilloso y —en el sentido más estricto de la palabra— fantástico dúo formado por Jim Henson y Frank Oz, iluminó con su oscura piedra filosofal el camino de una década que habría de resultar prodigiosa en su reinvención del cine fantástico, de aventuras, de ciencia-ficción y de terror.
Henson y Oz son dos referentes indiscutibles en la fantasía entendida como entretenimiento, y, ante todo, como un arma para el desarrollo de la personalidad y la educación a través de la imaginación y la sensibilidad.
Gracias a sus marionetas televisivas, Henson renovó la figura ancestral del titiritero, adaptándola al siglo XX y su cultura televisiva, siempre en favor de la animación vista como un puente tendido para unir el público infantil con el adulto. Tanto con sus sonrisas como con sus lágrimas, las criaturas de Henson abordan la comedia inocente que trata sobre la gravedad del mundo, y caen en los oscuros abismos de territorios fantásticos, donde la tragedia adopta rasgos propios de la comedia.
Por su parte, Frank Oz llegó a su alianza cinematográfica con Henson tras haber puesto su voz al servicio de una de las criaturas galácticas más célebres del universo: el Maestro Yoda, la mítica marioneta de la saga Star Wars.
La alianza entre ambos animadores dio vida al cristal oscuro, una ventana a la que asomarse y contemplar un mundo nuevo forjado con viejos materiales.
CRISTAL OSCURO.
THE MASTER OF PUPPETS.
El aire que impregna el universo del cristal oscuro es denso como el aliento de un mal invisible. La calma con la que la fatalidad avanza hacia su profético destino, es inquietante y paradójica, pues es precisamente la quietud de su atmósfera el factor que despierta nuestra atención.
Es cierto que la odisea vital de los personajes de Cristal oscuro y la lucha de los poderes malignos contra los valores que sostienen los universos de Henson no resultan una novedad. Ni hoy, ni entonces.
Siglos de literatura, cientos de películas y —la por aquel entonces— reciente versión animada de la gigantesca novela de J.R.R. Tolkien, El señor de los anillos (The Lord of the Rings, Ralph Bakshi, 1978), abordaron las mismas cuestiones que Henson y Oz muestran a través del cristal oscuro.
Pero el fondo común en el que el mundo se precipita no resta valor ni autenticidad al universo del dúo fantástico —a pesar de ser esta una injusta y absurda maldición con la que la película hubo de cargar durante su primera etapa vital—, todo aquello que gira en torno al cristal oscuro surge de la mente y el corazón de Henson, y las formas que adoptan sus criaturas no tienen precedentes.
Así, partiendo de las ilustraciones de Brian Froud —responsable además del maravilloso vestuario—, Henson escribió el guion con David Odell, un guion del que surgió un nuevo universo, sustentado en principios clásicos, sí, pero con un fondo y forma completamente genuinos. La lucha siempre desigual del bien contra el mal es un tema tan antiguo como el mundo, pero el universo de Henson en el que tiene lugar esta odisea, resultó algo completamente nuevo cuando nació como resultado de la perfecta alianza entre los clásicos y la modernidad del señor de las marionetas.
Desde el título mismo, hasta la introducción narrada por una enigmática voz que da paso a la sucesiva presentación de los personajes, todo resulta fascinante. El universo de Cristal oscuro muestra una pléyade de personajes y fuentes de inspiración apasionantes: Urskeks, Gelflings, Místicos, Podlings, Skekses, Garthims, una bruja llamada Aughra, guardiana de los secretos, un chambelán mercenario, ladino y traidor, un emperador moribundo cuyo trono será heredado por la fuerza…
Todas las criaturas de Cristal oscuro habitan un planeta llamado Thra, sentenciado por el exterminio de las razas por parte de los Skekses a raíz de la fragmentación de su preciado cristal, el cual permanece bajo su custodia. Pero una profecía dice que mil años después de su rotura, cuando se produzca la conjunción de los tres soles del planeta, un Gelfling restaurará el poder del cristal, derrotando a su enemigos.
Para desarrollar la épica aventura que supone la película, Henson recurre a conceptos y culturas milenarias —lo trágico de su argumento y algunos de los decorados beben claramente de antiguas civilizaciones, especialmente la griega y la egipcia—, algo que se aprecia especialmente en el ojo de Aughra, hábilmente emparentado con el de las tres brujas que guían a Perseo en su búsqueda de Medusa. Por otra parte, Henson introduce conceptos estrechamente relacionados con el mundo del vampiro y la figura del Mad Doctor, concretamente en el uso que hacen los Skekses del cristal oscuro para extraer la esencia vital de los Podlings.
Cristal oscuro se alimenta de todo aquello que ya estaba inventado cuando nació. La oscuridad de ese cristal refleja amor, vida y esperanza, pero no es culpable de la docilidad de la que se le acusa, pues también refleja fracaso, dolor y muerte. Es cierto que Cristal oscuro no inventó los elementos, pero Henson, Oz el mago y todos sus títeres brotaron como seres únicos e irrepetibles en el maravilloso imaginario de uno de los benefactores del siglo XX.
Larga vida al fantástico cristal oscuro.
Larga vida al señor de las marionetas.
https://www.filmin.es/pelicula/cristal-oscuro
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Julio de 2022.