AZRAEL. A SILENT WARRIOR.
Azrael, la revelación definitiva por parte de E.L. Katz hasta la fecha —y una de las citas ineludibles en el género de terror de este año, parece dispuesta a cruzar las fronteras del fuego y la palabra.
Ese fuego y la palabra que fue el título en nuestro idioma de la maravillosa película de Richard Brooks, Elmer Gantry (1960), no tiene relación alguna con la arriesgada apuesta por el cine de terror y relativa acción por parte de Katz, pero sí define con exactitud los elementos que aúna y utiliza a su favor, elementos a los que hay que sumar una premisa que aborda la mitología religiosa desde aquello que ocurre tras el fin, tras el definitivo castigo divino.
Azrael gira en torno al fuego del fin de un mundo en el que la palabra ha dejado de existir. En ese silencio impuesto —que junto a los elementos apocalípticos representados en un bosque propios del Survival— emparentan la película con el estupendo inicio de la trilogía A Quiet Place (John Krasinski, 2018), sirven a Katz para marcar una serie de diferencias que distancian considerablemente su película de la producción media.
A estos hay que sumar un factor que se rebela por encima del resto. El verdadero poder de Azrael reside en la figura de un guerrero silencioso, una especie de ángel caído y silente que la impresionante interpretación de Samara Weaving lleva a un fascinante extremo.
THE (NO) SCREAM QUEEN.
Una extraña introducción divide su intención entre la advertencia y la información acerca de un apocalipsis. «Años después de La ruptura, entre los supervivientes, algunos se han visto obligados a renunciar al pecado del habla», sentencia por escrito un prefacio escrito al que seguirán otras revelaciones.
Los sentidos se agudizan ante la inquietante música de Tóti Guðnason, aliada con los lejanos y extraños sonidos de la naturaleza, mientras la atención del espectador cae en el abismo ínfimo, el fuego tenue y la sangre que brota de la pared de un lugar que se intuye como un templo maldito.
Hay algo terrible y ancestral en esta nueva crónica de algo tan antiguo como el apocalipsis, algo que ya ha ocurrido y contra lo que aun así se nos advierte antes de comenzar.
Una mujer parece rendir culto a las figuras que decoran los muros del templo, y fuera, otra mujer reacciona lejos de allí, en el bosque donde el sonido de los árboles que parecen contorsionarse al viento parece advertir de un peligro, de una lucha terrible entre dos brujas del nuevo mundo que parece aguardar la llegada de un poder ancestral.
Azrael (Samara Weaving) reacciona ante esa advertencia velada por lo que bien podría ser un exceso de imaginación, pues el bosque por el que camina expone sus posibles secretos a la luz del día. Recoge lo que necesita de la tierra para elaborar una ofrenda, tal vez un amuleto. Y el bosque continua advirtiendo…
La segunda sentencia irrumpe en la película…
Azrael se topa con un hombre al que tal vez ame o por el que tal vez solo sienta deseo. Tras apagar el fuego con el que la inconsciencia del hombre quebranta la seguridad del bosque, ella muestra el fruto recogido y revelado simultáneamente como amuleto y ofrenda. Pero los sonidos del bosque no hablan en vano, el peligro que hasta ese momento solo era una sensación confirma su presencia; todavía es invisible, pero el sonido obliga a los protagonistas a huir por diferentes senderos del bosque.
De pronto, de algún lugar temido y a la vez secreto del bosque, surge un extraño. Y el mal comienza su andadura en la película.
Azrael y su amante se reencuentran en manos de los miembros de un culto armado con los vestigios de la antigua modernidad, como si de un reducto de de las tribus de Mad Max en el bosque europeo se tratase, las víctimas son raptadas a bordo de un par de coches desvencijados.
Después, en la profundidad del bosque la sangre convoca la presencia que el viento había anunciado mediante los árboles, a quienes todavía se les concede el privilegio de la palabra. Y sin más, un mal ancestral, telúrico y hambriento de seres humanos responde a la llamada. Pero Azrael no sucumbe al ritual, y el Folk-Horror se alía con el Survival y el cine de acción en una película que saca todo el provecho de sus dos pilares:
Por un lado el riesgo que corre con su interpretación del concepto «Legión», al hacer del infierno una serie de seres telúricos que obedecen a la naturaleza del bosque y el Folk-Horror. Por otro —y este es el arma definitiva— una Scream Queen que no habla como protagonista absoluta. En apenas diez minutos, la espléndida dirección de Katz y el demoledor guion de Simon Barrett rinden todo al servicio de Samara Weaving, la Scream Queen muda, el guerrero silencioso que mezclará el Folk-Horror con el Survival y llevará la batalla del fin del mundo y el infierno en la tierra al territorio del Pulp.
Esta interpretación del infierno y sus legiones conduce lejana y momentáneamente a uno de los portentos cinematográficos del terror del siglo XXI, It Follows, lo cual es todo un acierto. A esta siguen numerosas referencias —la ya mencionada A Quiet Place, Wrong Turn (Mike P. Nelson, 2021), Rosemary’s Baby (Roman Polanski, 1968) o El ritual (David Bruckner, 2017)— de las que Azrael sale como una miscelánea que vive casi constantemente de obras ajenas y al mismo tiempo consigue una identidad propia sólida y continua.
Cualquier espectador avezado en el género conoce en todo momento el origen, y en todo momento reconoce la identidad que la película demuestra y defiende sin problemas. Solo cierta falta de pericia en el ritmo de las secuencias de acción, y la presencia de un personaje que parece obedecer a la figura de una suerte de «último hombre vivo», una especie de vestigio del antiguo orden humano, suponen ligeros escollos en el camino de una película estupenda.
Ligeras trabas aparte, la carrera de huida de los demonios por parte de Samara Weaving hacia el templo en el que aguarda la que —aun sin saberlo— será su bruja rival, supone una mezcla magnífica de Survival y Folk-Horror, alianza de la que nace un nuevo orden, un poder del que se alimenta el tramo final de la película —éste dotado de un ritmo impecable— orientada en una sola dirección.
Un plano final maravilloso y absolutamente rendido a la interpretación de la protagonista y el espectáculo Pulp del nuevo orden que surge dispuesto a rendirse ante la Scream Queen muda.
Ante Azrael, el guerrero silencioso del próximo fin del mundo.
Película disponible en FILMIN:
https://www.filmin.es/pelicula/azrael
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Octubre 2024.