ONIBABA.
LA MÁSCARA DEL DIABLO HUMANO.
Antes de hablar de Onibaba, la extraña y magnífica película de Kaneto Shindô, debo hacer una breve introducción. Cuando hablé de Mizoguchi en este Blog, dije que sus películas son como dibujos sobre el papel, más concretamente sobre un pergamino que se despliega hasta mostrarnos la historia y dejar que lentamente se grabe en nuestras retinas.
A la manera de los viejos maestros, muestra el camino a la humanidad sobre un lienzo, y como los viejos maestros, cuenta entre sus discípulos con uno aventajado.
En un momento concreto de su vida -y de la historia mundial- Kaneto Shindō decidió ocultar una historia bajo la máscara de un demonio. Así, revistió Onibaba de una aparente trivialidad.
Si el espectador no permanece atento al fondo, corre el riesgo de perderse en la belleza de las formas, de la poesía fotográfica que supone la herencia de Mizoguchi, pues a veces, los poetas confunden al público con lo que muestran, retando al espectador a buscar la puerta por la que acceder al interior, al fondo oculto tras la máscara.
Así, el demonio que atormenta a Jitsuko Yoshimura, no es más que un truco, eficaz y visualmente arrebatador, sí, pero un truco con el que Shindō oculta el fondo. La máscara es la puerta que el espectador debe encontrar y abrir, el punto sin retorno en el que debe introducirse para ver que lo que el demonio esconde.
Aquello que la mitología reviste de atractivo fantasmal, es profunda y naturalmente humano.
Esa es la clave, el fondo desde el que Onibaba se eleva a la cima de las formas. El demonio con el que Shindō atormenta y tienta mediante el atractivo y el deseo sexual es completamente humano.
Todos los elementos teatrales con los que juega lo son: la guerra y sus consecuencias, el hambre y la necesidad, el asesinato, la supervivencia, la ausencia total de escrúpulos y la sensualidad en todas sus formas componen un fondo inquietante, mecido lentamente por el mismo viento que mueve con suavidad la hierba que atrinchera todo eso que ocurre allí, en la cruda y prosaica realidad humana.
Onibaba es un cuento de fantasmas vivos, con hambre e instintos reales. Un teatro de sombras que ilumina nuestros rincones más profundos, una máscara terrorífica que desvela el monstruo humano que se oculta tras la criatura imaginaria.
Shindō disfraza con la habilidad del mejor alumno de Mizoguchi la situación que Japón atravesaba en aquellos días de hambre, incertidumbre y desolada supervivencia.
Convirtiéndola en un cuento fantasmal, la prosa se vuelve verso, la realidad pesadilla y mediante las irrepetibles Nobuko Otowa y Jitsuko Yoshimura, el espectador atraviesa la máscara para llegar al fondo, el verdadero rostro del demonio.
El del ser humano sobre el que trata la película.
https://ok.ru/video/1750636956310
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Marzo 2021.
Vou ir por orden e tamén empezar a ver as que non vin e revisar as que xa vin!!!!
Gracias, maestro!!!!!
Muchas gracias a ti!!! Disfrútalas!!!