LAS INFINITAS SENDAS DE LA ANIMACIÓN SAMURÁI.
Hay algo que Guardianes de la noche: tren infinito –Mugen Ressha-Hen en su lengua vernácula- puede defender como una característica prácticamente propia dentro del cine de animación japonés: la capacidad para abarcarlo todo.
Partiendo de la serie de televisión Kimetsu no Yaiba -basada a su vez en el manga escrito e ilustrado por Koyoharu Gotouge– la película de Haruo Sotozaki (quien también dirige la serie) pasa del formato televisivo al cinematográfico a modo de resumen de la primera temporada y como anticipo de la segunda. Todo un reto, teniendo en cuenta los veintitrés volúmenes y veintiséis episodios que componen el manga y la serie de televisión respectivamente.
Es en su origen y su destino donde la película de Sotozaki encuentra la razón de ser para su miscelánea de géneros; algo que funciona como un arma de doble filo, pues la polivalencia que le permitía la emisión dosificada en televisión, enrarece y fuerza el ritmo y la capacidad de atención del espectador en la película. Sin embargo, esto es algo que solo ocurre por momentos y durante un tramo concreto de este viaje fantástico a la idiosincrasia del anime nipón.
La naturaleza de Guardianes de la noche: tren infinito somete sus formas al manga animado, lo cual introduce necesaria y forzosamente la comedia exacerbada e histriónica en una película que, obviamente, dirige sus pasos hacia el público adolescente. Esto -sumado a que la película parte de una serie previa a la que tal vez no todos los espectadores se hayan acercado- lastra la película en su segundo tramo, pero Sotozaki y su grupo de cómicas criaturas se repone de su propia naturaleza.
Guardianes de la noche mezcla la épica de su oscura y fantástica aventura con el drama, el terror clásico de las «Kaidan Eiga» y la comedia más exagerada. Pero no cae víctima de su múltiple condición. Se alza victoriosa como una película muy notable.
GUARDIANES DE LA NOCHE: TREN INFINITO. DEMONIOS, SAMURÁIS, SONRISAS Y LÁGRIMAS.
Es cierto que Guardianes de la noche carece del halo poético y trascendental de las grandes obras maestras realizadas al amparo de Studio Ghibli, con Hayao Miyazaki e Isao Takahata a la cabeza. Pero también lo es que esa no es la senda que la película de Sotozaki, amparada por los magníficos estudios Ufotable, pretende recorrer.
La ausencia de poesía oscura en esta película no es una verdad absoluta ni general, solo algo puntual y concreto que viene dado por sus concesiones al «Shonen», género con el que la película comparte el característico y delirante sentido del humor japonés que desborda en Dragon Ball, Naruto, One Piece, y otras muestras del anime adolescente.
Es cierto que esos rasgos marcan especialmente el perfil de los personajes, pero sí nos dejamos llevar por su eficaz sentido del humor -lo histriónico no quita lo valiente, el humor delirante de la película funciona muy bien- estos guardianes de la noche nos llevarán a un terreno poblado por seres oscuros, enigmáticos y que, una vez traspasado el umbral adolescente, resultan tan fascinantes como el universo del fantástico y el terror oriental.
La trama, heredera obviamente de la serie de televisión, resulta de lo más atractivo: Tanjiro Kamado, un muchacho atormentado por el trágico destino de su familia, porta una caja a su espalda en la que su hermana Nezuko, una chica-demonio, viaja oculta a la vista del mundo humano.
Ambos pertenecen a la «Demon Slayer Corps», es decir, los Guardianes de la noche, un grupo de cazadores de demonios formado por los propios hermanos Kamado, Inosuke (un guerrero con cabeza de jabalí, fuerte, impetuoso e intencionadamente histriónico), y Zenitsu, un adolescente que intenta contener la vehemente naturaleza de Inosuke y que oculta su falta de arrojo en una pretendida sensatez.
El extraño grupo ha sido destinado a viajar en un tren que realiza un recorrido infinito; allí deben encontrarse con Kyōjurō Rengoku, una representación del samurái clásico, idealizado por las formas del anime -su similitud con ciertos personajes de Dragon Ball o Los Caballeros del Zodiaco es evidente- para unir sus fuerzas y luchar contra Enmu, un demonio de rango inferior, pero lo bastante poderoso como para haber sumido a los pasajeros del tren en un profundo sueño.
Mediante sus poderes hipnóticos, Enmu controla los sueños, deseos y tormentos de los pasajeros, además de mimetizarse con el tren, fusionándose con el vehículo en una sola criatura. El grupo de caza demonios no logra evadir el hechizo y cae en un profundo sueño que los pasajeros de tren, al servicio de Enmu, aprovechan para atacar. Tanjiro descubre como despertar del sueño, y con la ayuda de su hermana Nezuko, la chica-demonio, el regreso de sus compañeros y la reaparición de Rengoku, afrontan la batalla por el control del tren infinito. Es cierto que la película arrastra un humor demasiado recurrente, pero también lo es que su épica y dramatismo son oscuros y poderosos, dando la victoria a la aventura.
Tras la batalla en el tren, el imaginario ya de por sí infinito del Japón espectral, se desata.
Los guardianes de la noche deben enfrentarse ahora a un demonio miembro de las Lunas superiores, encaminando la película hacia un tramo final en el que -aun concediendo su espacio al humor delirante y desbordado- la épica solemne del samurái característica de obras maestras como Harakiri o Yojimbo, envuelve con su aliento real la animación de Sotozaki, reteniendo a quienes hayan decidido llegar hasta aquí en el bonito sueño que narra esta muy notable película.
Guardianes de la noche exige en su viaje a bordo del tren infinito, cierta complicidad por parte del espectador. Pero su recorrido por la fantasía oscura y la épica que enfrenta a los demonios contra el samurái, el poder de los sueños, la excelente calidad de la animación, el abrumador poder visual de su imaginario, y -muy especialmente- la maravillosa presencia de una chica-demonio, merecen todo lo que la película pida a cambio.
Además, los espectros del sol naciente bien valen una dosis de humor descontrolado.
Qué demonios…
https://www.filmin.es/pelicula/guardianes-de-la-noche-la-pelicula-tren-infinito
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Junio de 2022.