ESCORIA. (ALAN CLARKE, 1979).

THE ALAN CLARKE PROJECT.

Escoria no es la única película del cáustico director británico Alan Clarke, pero sí es posiblemente la más directa, cruda y punzante arma letal con la que el cine arremetió contra la tierra de la reina madre en mucho tiempo.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Nacida en el terreno más habitual en la carrera de Clarke, esa televisión británica que —junto a la estadounidense durante los setenta— sí supuso la verdadera era dorada del medio catódico, Escoria surgió como parte de la mítica serie de la BBC, Play for Today, pero la crudeza con la que Clarke renunció a tratar la realidad de ciertos trapos sucios británicos (y humanos en general), impidió su emisión.

Sin embargo, Alan Clarke no renunció a su proyecto más punzante. Escoria fue, en cierto sentido, una punta de lanza intermedia entre dos generaciones del cine británico.

ESCORIA.

THE ANGRY, ANGRY YOUNG MANS.

En 1979 parecía una locura retomar el espíritu rabioso y desencantado del Free Cinema británico que había explotado de furia durante la década anterior de mano de aquel mítico «Manifiesto de los jóvenes airados».

Pero por otra parte, la realidad social británica, siempre polémica y oculta tras la mascarada de su protocolo aristocrático y monárquico, aun vería reflejada su realidad gris y depresiva en títulos imprescindibles de los años ochenta gracias a las miradas tristes y veraces de Ken Loach, Mick Leigh, o la directamente suicida obra cumbre de Mick Jackson, Threads. Es decir, la furia social británica todavía tenía un largo camino por recorrer, aunque sus gritos se hubiesen vuelto más contemplativos.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Así, entre dos épocas del siempre escabroso «Underground» social británico, surgió un híbrido entre los gritos de rabia y la serena desolación envuelta en el aliento gris de una industria moribunda. Escoria es una puñalada directa y furiosa, una especie de fuerza natural que surge como reacción en forma de acción, un acto despojado de todo artificio que hace brotar la sangre y las lágrimas de los hijos de la reina madre.

En Escoria no no hay asideros, no hay tregua, no hay absolutamente nada más que cine entregado a los dictados de la naturaleza descontrolada y salvaje reaccionando ante un sistema tan ineficaz como maligno, podrido y necesario que convierte —en su contradictoria esencia— en escoria todo aquello de lo que se alimenta.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Sin embargo, la película de Clarke no resulta ejemplar solamente como arma que une los dos extremos del descontento inglés.

A nivel puramente cinematográfico demuestra una identidad y méritos absolutamente genuinos. Si bien entronca en cierto sentido con los pasajes turbios, carcelarios y relativamente oníricos de La naranja mecánica, y las técnicas denigrantes y sádicas de la institución mental en la que Alguien voló sobre el nido del cuco hace hervir su caldo de cultivo, Clarke se distancia de las respectivas obras maestras de Kubrick y Milos Forman para lograr, reduciendo todo a la mínima expresión, el máximo resultado.

La narrativa de la película es como el universo que la hizo posible: árida, embrutecida por el trazo recto como el filo de un arma que solo avanza en una dirección, y envuelta en un aliento frío de tonos grises y azulados que la estupenda y certera fotografía de Phil Meheux hace realidad.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Otro de los grandes méritos de la película es una apuesta de lo más arriesgada: no hay música en ningún momento.

En Escoria impera el silencio que precede a los gritos que hacen girar una eterna rueda de presos que nunca llegará a ningún lugar, porque ambos bandos (crimen y castigo) se alimentan mutuamente para destruirse entre ellos mientras la sociedad continúa su ruta a ciegas hacia el fin. Pero cuando todo acabe, no habrá más que silencio, no habrá música que alimente los sentimientos, avive los sentidos u ofrezca consuelo.

Clarke lo sabe, y como su película trata sobre el fin, su principio cinematográfico es silencioso como la destrucción.

Tampoco hay héroes ni poesía melancólica en esta película, no hay esa belleza trágica y literaria que envolvió en un aliento legendario dramas carcelarios míticos como Cool Hand Luke (Stuart Rosenberg, 1967), o Papillon (Franklin J. Schaffner, 1973).

Tampoco cuenta con el ritmo frenético y el carisma de los protagonistas de La gran evasión (John Sturges, 1963), o la reducida geometría de espacios y filosofías cercanas al existencialismo y la ironía de la soledad ante el colectivo que muestran Le Trou (Jacques Becker, 1960) o Un condenado a muerte se ha escapado (Robert Bresson, 1956).

No. Sencillamente, la eficacia y rotundidad narrativa de Escoria se encuentran en su escueta naturaleza, en la visión más frugal de un camino hacia ninguna parte en el que no es necesario más para poner en escena este vacío al que se arrojan todos sus protagonistas.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Clarke se sirve de la esencia, del estado más primitivo para hablar de esto precisamente: el ser humano sin artificios entregado a sus estructuras sociales e instintos más básicos. No hay asideros en escoria, no hay esperanza, no hay adorno, solo una sustancia tan difícil de tragar como veloz es el instinto que nos impulsa a desviar la mirada hacia otro lugar lejos de allí.

Pocos ejemplos existen de un cine tan eficaz como este.

Escoria es una producción británica hasta las últimas consecuencias, y sin embargo sus protagonistas parecen recorrer más páramos de asceta (que diría Antonio Machado), que los verdes y tortuosos senderos de la campiña inglesa. Todo lo que florece aquí es retorcido, agrio e indomable en el más prosaico, desapacible y salvaje de los sentidos.

Para contar esta historia de perdición y ausencia total de esperanza y redención, Clarke no recurre solo a su certera narrativa.

También cuenta con un reparto excepcional basado en un grupo de secundarios de lo más sólido y discreto, en dos protagonistas que se reparten la revolución a partes iguales entre violencia y filosofía —Carlin (Ray Winstone) y Archer (Mick Ford)— y en un tercer elemento que aunque a priori parece no tener una gran trascendencia ante las magníficas interpretaciones de los personajes principales, para mí supone un factor decisivo: un recluso llamado Richards en la piel de Phil Daniels, el eterno secundario en discretas producciones británicas que ejerce aquí a modo de puente entre dos ejemplos del Underground más tardío y agrio de los nuevos Angry Young Man.

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Daniels fue el líder de los descarriados en Quadrophenia (Franc Roddam, 1979) derivada de la obra maestra musical de The Who, y como si de una línea temporal lógica se tratase, aparece por los corredores de la prisión que sirven en Escoria a modo de páramos, aparece como un espectro airado, pálido, enloquecido y degenerado en busca de venganza, sin motivos para vengarse, sin motivos para ser malvado y cruel, sin motivos para albergar esperanza…

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

Ese personaje insignificante es para mí uno de los valores principales de esta pequeña gran película basada en la perpetua ausencia de un nuevo día que haga del ser humano algo mejor.

Esa es la clave de este «The Alan Clarke Project», la ausencia de motivos para dejar de ser escoria, la desesperación austera que nos sobrecoge cuando los créditos finales irrumpen sin música, sin tregua, sin un día después…

Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd's Company, Kendon Films, 1971).
Escoria. (Berwick Street Productions, Boyd’s Company, Kendon Films, 1979).

https://www.primevideo.com/detail/Escoria/0GDSG1WWXQLTSFU7DR6MUM5KV1

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Mayo 2023.

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