ROBIN DE LOS BOSQUES . (MICHAEL CURTIZ, 1938.)

LA HERMOSA CALIGRAFÍA DEL CINE.

Si hay algo que la película Robin de los bosques, o -según su título original- Las aventuras de Robin Hood plasmadas en el cine por Michael Curtiz han demostrado, es que la pasión que nace con las primeras páginas y películas que se cruzan en nuestras vidas, forjan los recuerdos más poderosos y bonitos que tendremos jamás.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Las páginas de Stevenson, Verne, Stoker, Sabatini, Dumas, Verne, H.G. Wells, Salgari, Twain, Dickens, Víctor Hugo, Melville, Poe, Kipling, Doyle, Shelley y un interminable etcétera, al que hay que sumar las múltiples viñetas que han generado otros tantos personajes y situaciones maravillosas, han visto sus letras sometidas -en mayor o menor medida dependiendo de lo afilado de sus plumas- a la reducción necesaria para el público infantil, y en menor medida, los imbéciles con ínfulas de inquisidores.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Lo mismo ocurrió con el cine de aventuras nacido al amparo de la épica ácida y afilada durante los días de Douglas Fairbanks -ese diablo seductor y padre no declarado de Errol Flynn– así, pasó de las gigantescas y cargadas de intención películas como El ladrón de Bagdad, o las superproducciones de Griffith, Pastrone o Fritz Lang, a las sonrientes, coloreadas y entusiastas correrías de los piratas de Raoul Walsh, los saltimbanquis arqueros de Jacques Tourneur, los mosqueteros dóciles e ingenuos de George Sidney
Aventuras que compartirían generación con las selváticas incursiones del cine en la figura de Tarzán -y por extensión el mundo de los exploradores, conquistadores y demás honorables caballeros británicos al servicio de la corona- para desembocar en el retorno de las grandes superproducciones que explotaron el peplum romano durante casi veinte años.
Pero esas, aunque grandes, son otras historias.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Así, al igual que los héroes, villanos, monstruos y pícaros piratas llenan las páginas con el nivel de inocencia adecuado para atrapar la infancia y guiarla por el único camino aceptable, las aventuras de aquel cine todavía joven y más dócil que su antepasado de los días mudos, en los que la épica y el expresionismo contaban las historias con mucha más agresividad, atrapaban en sus cándidas redes las mentes que todavía tenían todo por descubrir.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Esos días teñidos por la suave gloria del Technicolor heredado de los grandes maestros de la pintura y creado para mayor gloria del cine por Natalie y Herbert Kalmus, esos días en los que se contaban historias rematadas con finales felices, son mucho más de lo que el tiempo y la pérdida de inocencia los hace parecer.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
El cine no tiene mayor razón de ser que la imaginación y la fantasía al servicio de las historias que han de ser contadas, pero no solo las formas terribles son fuertes, hubo una era en que la impuesta inocencia hizo de las películas a su servicio algo invencible.
Aquellos días de color y magníficas acrobacias no palidecerán jamás. Uno de los principales valedores de aquel cine poderosamente entretenido, fue Michael Curtiz, un tipo con sensibilidad y talento al servicio de los estudios, uno de aquellos tipos que sin dar problemas a los magnates del cine, fabricaba películas rentables, como si de una cadena de producción se tratase.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
La verdad es que -en parte por su condición de hombre de estudio- Curtiz nunca me ha inspirado mucho. Sin embargo, con la primera versión de Los crímenes del museo de cera -aunque la revisión por parte de André de Toth me parece infinitamente superior- El capitán Blood, El halcón del mar y la que hoy nos ocupa se ganó cuatro excepciones que me acompañarán durante toda mi vida.

ROBIN FLYNN-ERROL HOOD. EL MAGNÍFICO BURLÓN.

El Robin Hood creado por Michael Curtiz y Errol Flynn es mágico, de esos personajes que con una apariencia sencilla alcanzan la cima, reteniendo con esa magia la infancia, la inocente ilusión con la que a saber qué tarde lluviosa perdida en el tiempo, todos los niños que conozco observaron boquiabiertos y emocionados las sombras de Errol Flynn y Basil Rathbone enfrentándose envueltas en un tenebroso Technicolor, recorriendo las estancias de uno de aquellos decorados sobre los que el Hollywood clásico exhibía su juventud.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Nada mejor para ilustrar lo que digo que esta secuencia: https://www.youtube.com/watch?v=liZD1qScUYA&ab_channel=SwordFightsGalore
Allí, entre los muros falsos de ese castillo, el cine nos contaba mentiras maravillosas que sacaban nuestros colmillos de leche a gotear. Reyes justos y honrados, héroes sin pasados de los que huir y malos de libro, de esos libros que llenaron y llenan mi mente, forjando mi personalidad, malos de esos que pagan con su vida, de esos que terminan mal para que la historia acabe bien.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Con Errol Flynn sonriendo como un zorro y Basil Rathbone cayendo como un cuervo. Ambos deambulando alrededor de la imponente presencia de Olivia de Havilland, otra de las leyendas de una era tan tramposa, como grande e irrepetible.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Todos ellos siguen atrapados allí, tras los muros inexpugnables y los cálidos salones de esos viejos castillos que guardan lo que fuimos, en la juventud del cine y la infancia del espectador, en la memoria de los niños que se desmayaron antes de entrar en coma para, afortunadamente, no despertar jamás del mayor espectáculo del mundo.
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
The adventures of Robin Hood. (Warner Bros. 1938.)
Esas sombras coloreadas salidas de las páginas que nos han dado forma, indican donde está la luz, no debemos olvidarlas nunca.
Eso, pese a todo, es de agradecer, Mr. Curtiz.
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Septiembre 2021.
Spread the movies. Comparte en tus redes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *