MASSIMO PUPILLO.
MI NOMBRE ES NINGUNO.
Tanto en La venganza de Lady Morgan, como en el resto de su breve recorrido por el cine italiano, Massimo Pupillo dejó de lado su verdadero nombre.
Tres incursiones en el terror gótico, las tres en el mismo año (1965) y de, digamos, de diversa consideración: 5 tumbe per un medium, Il boia scarlatto y su cumbre como autor, La vendetta di Lady Morgan. A este recorrido hay que sumarle un Spaghetti Western —Bill il taciturno (1967), y un extraño documental de 1969: L’amore, questo sconosciuto.
En ninguno de estos títulos Pupillo firmó con su nombre, sino que utilizó dos pseudónimos, Ralph Zucker para 5 tumbe per un medium, y Max Hunter para el resto. Así, Pupillo me otorga una licencia relativa para referirme a él sirviéndome del título de la película dirigida en 1973 por Tonino Valerii, Mi nombre es ninguno.
Licencias aparte, es cierto que Pupillo no cuenta con el talento ni la fama de los autores contemporáneos que hicieron del gótico italiano el gran género en sí mismo que resultó ser. Es cierto que aun en sus dos mejores películas (5 tumbe per un medium y la que hoy nos ocupa), la irregularidad pesa demasiado, pero también es cierto que La venganza de Lady Morgan, pese a sus lastres, es una película notable que supone una aportación considerable al bonito universo del terror gótico hecho entre Italia y Estados Unidos.
La venganza de Lady Morgan cumple con su objetivo natural, pues por un lado su protagonista obtiene su venganza, y por otro, Pupillo consigue un nombre entre la galería de los horrores.
LA VENGANZA DE LADY MORGAN.
EL ATAQUE DE LOS ESPECTROS-VAMPIRO.
La venganza de Lady Morgan bien podría aplicar el ancestral lema romano «Divide et vinces», pues aunque la película habría resultado una pieza más estimable de haberse centrado exclusivamente en los elementos clásicos del terror, también lo es que si el espectador resiste los escollos de la primera mitad del camino, vencerá, obteniendo como premio un segundo tramo muy notable.
Nada nuevo —ni siquiera en aquellos días de la década de los sesenta en los que el terror vio resurgir sus clásicos— hay bajo el sol pálido que baña los afectados perfiles del melodrama romántico que impregna (y lastra) el inicio de la película.
En una Escocia más retratada con estampas afectadas y románticas que con elementos romanticistas y espectrales, Pupillo narra desde el arquetipo la historia de Susan Blackhouse (Barbara Nelli), su tío, Neville Blackhouse (Carlo Kechler), su verdadero amor, Pierre Brissac (Michel Forain), su pérfido pretendiente y futuro esposo, Harold Morgan (Paul Muller), y las otras dos piezas de esta predecible historia de amores, conspiraciones y traiciones manidas y demasiado dóciles y predecibles: la gobernanta de la mansión Blackhouse, Lillian (Erika Blanc), y el sirviente, Roger (Gordon Mitchell).
En un arranque bucólico (en el que lo más interesante es la bonita música de Piero Umiliani), los amantes declaran su intención de truncar los planes de Harold, rechazando su petición de matrimonio. Susan lo rechaza y hace saber a su tío Neville y a su frustrado pretendiente que se casará con Pierre.
Mediante una serie de conspiraciones y en base a un juego clásico de ambiciones y deseos ocultos que incluyen hipnosis, susurros lejanos en la noche y otros factores que beben lejanamente del mito de Luz de gas y sus respectivas adaptaciones cinematográficas (especialmente la dirigida por George Cukor), Morgan se deshace de Pierre, casándose al fin con Susan, quien ya convertida en Lady Morgan caerá, víctima de las oscuras disposiciones del triángulo amoroso y ambicioso formado por Harold, Lillian y Roger.
Una vez superada la primera parte de la película, Pupillo abandona el melodrama barato que lastra la película y ls afectadas tribulaciones de los vivos quedan atrás.
La venganza de Lady Morgan no es ni mucho menos una obra maestra, tampoco es una de las piezas clave del terror gótico, pero su segundo tramo envuelto en niebla, pasadizos y espectros vaporosos provocando efectos sobrenaturales que recuerdan al cine contemporáneo y del mismo espíritu independiente de la Serie B de William Castle, o a los ingenios primitivos de Mèliés o Segundo de Chomón, reconcilian la película y le aportan un lugar digno en la galería de los horrores, lo cual, después de todo, no es poco.
Tras el doble crimen del triángulo conspirador, Susan y Pierre regresan a la mansión Blackhouse. Ella vuelve del mundo de los muertos, él —todavía vivo— encamina su retorno hacia la muerte.
La trama en lo que resta de película no abandona los recursos y lugares comunes, pero Pupillo sí dota a su hasta entonces anodina y acartonada narrativa de una renovada fuerza y fluidez visual que sirve de contrapunto a una serie de situaciones afectadas por interpretaciones demasiado teatrales y un guion excesivamente aferrado a la estampa romántica, pese a introducir en sus pasajes de terror una idea francamente interesante, una suerte de ataque de los espectros-vampiro.
Susan muere en una de las secuencias más hermosas de la película, transformándose en una criatura etérea envuelta en un halo nebuloso, en una visión fugaz, ligera y vaporosa como el primer aliento de la mañana.
Después, regresa al mundo de los vivos, y allí esparce su venganza como una enfermedad, se reencuentra con Pierre en el retorno de éste al mundo de los vivos que creen haberlo dejado atrás, y al mismo tiempo que agota lo poco que resta de su amor ya imposible, Susan convierte a las víctimas de su venganza en espectros que han de alimentarse de la sangre que brota de las heridas de los vivos para poder caminar fugazmente sobre la tierra.
Así, con esta especie de «espectros-vampiro» surgidos de la venganza de Lady Morgan, Pupillo elabora una extraña mistura que, si bien no consigue enderezar completamente la película, si logra una pieza lo bastante interesante como para considerarla una notable y, ante todo, bonita y en cierto sentido atrevida película que lucha contra su propia condición.
Después de todo, pese al lastre con el que carga, Lady Morgan y su venganza contra los «espectros-vampiro», es un bonito cuento de fantasmas. Lo cual, no es poco.
https://www.youtube.com/watch?v=c0ebqhQQ318&ab_channel=NathanConant
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Marzo 2023.