L’ATALANTE. (JEAN VIGO, 1934).

JEAN VIGO. L’ENFANT TERRIBLE.

Hablar de Jean Vigo, tanto en su obra maestra en forma de canto del cisne, L’Atalante, como en sus tres primeras obras (dos cortos y un mediometraje), supone hablar de poesía, de versos malditos condenados, primero al olvido, después a la gloria, y probablemente, algún día al infierno.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

Como si de un atormentado poeta del siglo XIX se tratase, la sombra pasional de Vigo se proyectó en el mundo durante un efímero espacio de tiempo, pero antes de morir a la temprana edad de 29 años, el que fue el primer Enfant Terrible del cine, dejó su poesía anarquista como referente —no solo en el realismo poético del que fue contemporáneo— sino en la Nouvelle Vague que habría de recuperar su figura y su obra maestra del olvido.

Partiendo de las bases del cine soviético, Vigo se alió con Borís Kaufman (hermano de uno de los padres indiscutibles del lenguaje cinematográfico, Dziga Vértov), para revolucionar el impresionismo que caracterizó el cine inmediatamente anterior en su país.

Así, con Kaufman en su equipo, Vigo dejó parcialmente atrás el aspecto onírico de Germaine Dulac, Abel Gance y especialmente Jean Epstein, para dotar a su cine con la fuerza poética de los encuadres y perspectivas rusas propias de su lirismo documental. De esta forma logró una fascinante combinación: mezcló el poder revolucionario del cine soviético con la enigmática poesía impresionista, inspiración de la que el realismo no se desprendió completamente, manteniendo vivos sus espectros.

La sombría y pálida luz de Vigo, a bordo del L’Atalante, marcó el rumbo del cine de toda una nación que habría de alzarse mucho tiempo después, cuando descubrieron que el primero de sus poetas salvajes aguardaba el día de su regreso para guiar a la furia en su mítico camino.

L’ATALANTE.

EL PODER ESTÉTICO DEL CINE.

Amor, libertad, realidad y fantasía envuelta en la niebla. Así podría resumirse el último aliento vital y cinematográfico de Jean Vigo.

L’Atalante cuenta la historia de Juliette (Dita Parlo) y Jean (Jean Dasté), una pareja de recién casados que emprenden un sencillo viaje en la barcaza L’Atalante, de la que Jean es capitán. En su viaje les acompañan el tío Jules (Michel Simon), un viejo irreverente y burlón, más cercano a la vejez y la picaresca que a la verdadera sabiduría que pretende ostentar, y un joven grumete (Louis Lefebvre) que los asistirá a lo largo de su efímera odisea por el Sena.

Si hay algo que caracterice y ensalce la belleza del guion de la película, es un elemento cuya fuerza el cine parece olvidar en algunas ocasiones: las imágenes. El poder narrativo del cine es —y será siempre, más allá de las fases por las que atraviese— todo aquello que muestra y que las palabras han de potenciar.

Con su estilo, propio de un poeta maldito, Vigo llena todas las imágenes de significado, llegando con su lirismo inconformista mucho más allá de un mero resultado esteticista. La película supone en todo momento una declaración de intenciones plasmadas en imágenes, como si de un sueño —del realismo poético abrazado al impresionismo— se tratase. Las palabras pronunciadas a bordo del L’Atalante son cruciales, sí, pero el cine maldito de Vigo que sobrevivió a las mutilaciones a las que sometieron su obra maestra, se alza sostenido por la subversión de la imagen.

Fiel al suelo marino sobre el que se desarrolla, L’Atalante habla de la inestabilidad, de todo aquello que hace de la vida un camino que halla su atractivo precisamente en la tormenta.

Vigo narra las pasiones que (como las olas del mar) acercan y alejan a la pareja protagonista; habla de sus dudas, de sus deseos, temores, encuentros y sus discordias. Habla de recorrer el camino eludiendo cualquier tipo de dirección marcada de antemano, y lo hace mediante la herramienta más poderosa y hermosa del cine: la metáfora mediante la imagen.

Como toda travesía marina, este viaje comienza en tierra. Vigo utiliza su magnífica habilidad narrativa desde el inicio mismo, mostrando una comitiva nupcial que más parece acompañar a los novios al cadalso que a la noche de bodas.

El camino que recorren desde la iglesia hasta la barca es largo y tortuoso, como el de un cortejo fúnebre que acompañase a los muertos hacia su encuentro con Caronte.

Así, en este primer tramo del camino Vigo escenifica la duda.

En el recorrido hacia su nueva vida, Juliette divide sus emociones entre el vértigo por la que podría ser la pérdida de su libertad (poniendo en un sutil entredicho la legitimidad de su matrimonio), y sus ansias de conocimiento de un mundo que teme perder de vista tras la niebla en forma de una vida anodina y rutinaria.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

A la contra juegan las emociones de Jean, plasmadas por Vigo en el abrazo con el que envuelve a su esposa en la proa del barco, escenificando la esperanza.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

La barca inicia la marcha a través de su particular Estigia emocional, y Vigo despliega todo su potencial narrativo a través de la imágenes que sirven como metáforas. Así, vemos a Juliette emprendiendo una marcha solitaria en dirección contraria al rumbo de la barca, mostrándose como una especie de espectro a la deriva en la niebla que emerge del río.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

Vigo simboliza así los miedos de Juliette, y, tal vez, su arrepentimiento. La película avanza y la pareja muestra parte de aquello que los une, de su atracción y afinidad en una serie de planos donde vemos como se besan y susurran palabras que tal vez desvelen secretos o aviven verdades que ambos conocían pero habían olvidado, hasta que —mezclando frases de un guion portentoso con la belleza de sus imágenes— Vigo muestra la seducción del mundo exterior, de aquello que hay más allá de las fronteras de su viaje a bordo de L’Atalante, una seducción que atrapa y atrae a Juliette hacia el mundo exterior.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

Un territorio inexplorado que vislumbra a través de los relatos y objetos del viejo tío Jules, o en su breve encuentro con un buscavidas elocuente (Gilles Margaritisen) durante su incursión nocturna con Jean, justo antes de que sus caminos se dividan.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

A raíz de esas pruebas que Juliette toma como plena certeza de la existencia de un mundo que ansía recorrer, surge la separación. Juliette abandona la barca y se adentra en la tierra desconocida; es a partir de ese momento cuando la poética visual de Vigo se dispara. Tras la huida de sus esposa, Jean conecta con Juliette a un nivel que trasciende los límites físicos y parte en su busca. Sabe que ella deambula por la tierra, pero recuerda el secreto que ella misma le había revelado antes de partir en busca de su libertad: «En el agua se ve al amado. El año pasado te vi a ti. Por eso te reconocí cuando llegaste por primera vez».

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

Jean se sumerge en el agua, y allí, Vigo muestra como dos fantasmas flotan en la inmensa oscuridad para encontrarse, para comprender que, aun cuando deban separarse para mitigar el temor de sus dudas y su necesidad de libertad, se aman. Es ese amor, mágico y poderoso el que alimenta otra de las grandes bazas visuales de la poesía que el autor convierte en cine.

Tras su reencuentro bajo el agua y antes del definitivo sobre la tierra, Vigo conduce a los amantes por el mundo de los sueños, y el poder de su hechizo cinematográfico es tal, que destruye la distancia emocional y física entre ellos, haciendo posible que aun encontrándose cada uno en lugares distintos, puedan atravesar la noche empujados por la misma pasión.

L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L'Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).
L’Atalante. (Jean-Louis Nounez. Gaumont-Franco Film-Aubert. 1934).

Solamente el cine, con el poder subversivo de las imágenes puede hacer realidad semejantes sueños. Solamente Jean Vigo, el poeta efímero de talento eterno, pudo hacer de su cine maldito una realidad tan poética como esta.

https://www.filmin.es/pelicula/latalante

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Agosto de 2022.

 

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