ESTA TIERRA NO ES MÍA.
MIYAZAKI, EL PROFETA ANIMADO.
Nausicaä del valle del viento supuso para Hayao Miyazaki el último paso en solitario, y a su vez el primer paso hacia su pacto con Isao Takahata, del que surgió la que podría llamarse -con más autoridad que ninguna otra compañía- la fabrica de sueños: Studio Ghibli.
Según la ancestral e inmortal obra de Homero, La odisea, Nausícaa despertó a Ulises de su sueño. Según Miyazaki y su crónica del Valle del viento, Nausicaä hace suyo el nombre de la princesa de los feacios y despierta la conciencia de su pueblo, manifestando mediante su pasional y sensible razonamiento que la naturaleza no solo no pertenece al ser humano, sino que su venganza es totalmente lícita.
Miyazaki traslada el mito griego a su particular universo animado, y como el profeta del cine de animación definitivo, advierte mediante la voz de la princesa Nausicaä que el fin se acerca, y su pueblo debe luchar a favor de la naturaleza, no en contra.
Nausicaä nació como un manga que se extendería durante años y miles de páginas a lo largo de la carrera de Miyazaki (incluyendo la propia adaptación cinematográfica que protagoniza esta entrada), bebiendo en sus orígenes de una miscelánea de fuentes.
Desde la épica de El señor de los anillos de Tolkien, hasta un estilo visual cercano al mundo de Moebius, pasando por similitudes argumentales con la obra del Japón del período Heian, La dama que amaba los insectos (Mushi Mezuru Himegimi), Nausicaä nos guía en un viaje a través del tiempo de la Grecia clásica en la que nació su nombre, hasta los límites del espacio que conocemos, un espacio que el ser humano ha llevado a su hora final, en la que la naturaleza reclama su lugar.
Nausicaä supone, pues, la profecía animada de Miyazaki sobre el fin alcanzado por nuestros propios medios.
NAUSICAÄ.
EL DESPERTAR DE LA TIERRA.
Mil años atrás, un suceso apocalíptico conocido como Los siete días de fuego desencadenó la aparición de Los dioses de la guerra, provocando el final de la civilización tal y como el ser humano la conocía, arrasando el planeta y sus formas de vida.
Mil años después, la Tierra es una extensión letal, con pequeñas y escasas trincheras donde refugiarse de bosques plagados de vegetación venenosa e insectos gigantescos.
El ser humano es ahora la especie débil y amenazada; los pocos supervivientes viven en poblados aislados, expuestos a la nueva naturaleza, un ente en forma de ecosistema conocido como «Mar de putrefacción», un bosque contaminado con gases tóxicos, habitado por nuevas especies en forma de insectos mutantes gigantes. El mar de putrefacción avanza implacable hacia el hogar de Nausicaä, princesa del Valle de Viento, un poblado minúsculo -aunque capaz de obtener y gestionar sus propios recursos- rodeado de reinos poderosos y hostiles.
Nausicaä responde al perfil con el que Miyazaki dotaría a sus personajes en las posteriores y numerosas obras maestras bajo el Studio Ghibli. Es una una mujer valiente y sensible, capaz de hacer frente con vehemencia y sin piedad hacia sus enemigos, sin perder en ningún momento la inteligente sensibilidad que le permite identificar a los culpables y comunicarse con los inocentes, en este caso, los monstruos que de la naturaleza ha hecho el ser humano.
Así, Miyazaki vuelca en la protagonista su perfil humanista, su visión profética del fin por medio de los humanos, y su empatía con la naturaleza salvaje que se alzará contra los verdaderos culpables.
Nausicaä es una heroína plena, una guerrera que puede pilotar naves, luchar, matar y arriesgar su vida sin vacilar, pero con la inteligencia suficiente como para resistirse a ver a los insectos -a la naturaleza en general- como el enemigo, algo que Miyazaki enfatiza especialmente en la relación entre la princesa y los Ohms, unos artrópodos gigantescos y temibles por los que siente una gran empatía, además de una capacidad de comunicación plena, a través de la que Miyazaki expone el mensaje de la película:
El ser humano ha vuelto salvaje y desesperada a la naturaleza, él es el culpable, no ella. La tierra se alza y regresa a su lugar, el humano está condenado a ocupar el suyo.
Sin embargo, eso no es todo en la aventura de Miyazaki. Una vez planteada la terrible premisa para la especie humana, aparece en escena otra de sus clásicas características: la capacidad para matarse entre sí.
Uno de los reinos vecinos -y hostiles- del Valle del viento invade su territorio. El ejército de Tolmekia, encabezado por su princesa, Kushana, desata mediante el desarrollo de sus planes algunas de las terribles consecuencias profetizadas por Miyazaki, a las que Nausicaä -aun sabiendo que el desolador avance de la naturaleza es justo- deberá hacer frente.
Nausicaä nació con el primer aliento de Studio Ghibli. Casi cuarenta años después de su llegada al mundo en forma de largometraje, y tras las múltiples obras capitales del cine de animación realizadas bajo el amparo de la poderosa compañía, puede resultar una reacción lógica considerarla una obra menor, lastrada por las técnicas de animación y cierta pérdida de ritmo en algunos de sus tramos (debido a que el manga en que se basa se completó después y no antes de la película), pero lo cierto es que la apuesta y capacidad narrativa de Miyazaki son de una profundidad y sensibilidad inimitables.
Tras Nausicaä, Miyazaki se superó a sí mismo en muchas ocasiones, pero la princesa que robó su nombre de entre los días perdidos en el tiempo de las odiseas griegas que enfrentaron a dioses y humanos, es una de las cimas del cine de animación que une en un mismo bando a niños y adultos, para contemplar hipnotizados como la naturaleza se alza contra los culpables con su terrible y hermosa venganza.
Nausicaä es una obra maravillosa y, como su profecía, hermosa, certera y letal.
https://www.netflix.com/es/title/70019062
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Julio de 2022.