MADAME DE… LOS ELEGANTES CÍRCULOS DE MAX OPHÜLS.
En Madame de… —como en todas sus películas—, Max Ophüls se mueve en círculos. Con la cámara, con la trama, con la narrativa, con sus personajes a lo largo de la escena…
Desde el carrusel de La ronda y los círculos circenses de Lola Montès hasta los compases del vals trágico que marca el ritmo con el que Danielle Darrieux, Charles Boyer y Vittorio De Sica se entregan —aristócrata y elegantemente— a la perdición.
En esta ocasión Ophüls decide no cerrar el círculo habitual y le da a Madame de… carta blanca para trazar una espiral en la que todo gira sin cesar sobre el mismo eje.
LOS PENDIENTES DE DANIELLE DARRIEUX. EL PROFUNDO VACÍO SUPERFICIAL.
Los malditos pendientes que —como si se tratasen de un protagonista más— interactúan con Danielle Darrieux e interfieren significativamente en la trama, son un símbolo del vacío aristocrático, de la incomunicación a la que condena la existencia superficial.
Esos pendientes se mueven siguiendo uno de los círculos que Ophüls traza en sus historias, situándose en el polo opuesto, pasando a representar los estímulos propios de la existencia verdadera: el deseo, el amor, la felicidad, la ilusión… pero como en toda realidad giratoria y cambiante, la suerte es esquiva y cruel.
La falsa sensación de seguridad que Madame de… le compró a su marido, garantizaba una estabilidad basada en convivir con su propia muerte durante el resto de su vida, pero nada más.
Por eso juega. Pero jugar a la ruleta que Ophüls gira es arriesgado, todos los resultados son efímeros; los pendientes —al igual que la vida— se sitúan en la zona emocionante del círculo. Pero Ophüls es mágico, y como tal convierte el círculo en la espiral que provocará la caída definitiva de unas vidas condenadas a muerte ante la menor posibilidad de experimentar cualquier emoción vital.
Cuando Ophüls cierra y gira el círculo vicioso, el espectador, aturdido se rinde ante la maestría de uno de los genios de la narrativa cinematográfica.
Max Ophüls es uno de los cineastas más grandes que existirán jamás, pero lo cierto es que su magia cinematográfica crece especialmente cuando Danielle Darrieux la interpreta.
Madame de… es sin duda la esencia del cine.
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Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES