EL ÚLTIMO ALIENTO.
Si Arthur Miller no se hubiese casado con Marilyn Monroe, la habría inventado para sus novelas. Pero afortunadamente para él, la humanidad y el cine, existió, y mientras le volaba la cabeza al mundo, le enseñó como se aporta belleza al sufrimiento, al dolor más intenso e insoportable de todos, el de tu propia existencia. Eso nos cuenta The Misfits, la última senda de una ruta suicida.
John Huston -como el tipo listo que era- utilizó la desesperación, la tristeza, la rabia, el rechazo a sí mismos y la actitud suicida para obtener el último aliento de tres vidas rebeldes.
Marilyn Monroe, Clark Gable y Montgomery Clift llegaron al final de su autodestrucción, Eli Wallach y Thelma Ritter secundaron como nadie volvería a hacerlo jamás y John Huston anunció el principio del fin.
El oeste, Marilyn, Gable y Clift.
Todos esos mitos americanos morirían en la desolación filmada por Huston y narrada por Miller.
THE MISFITS. LA BALADA SUICIDA.
The Misfits sitúa al espectador ante el vacío más atroz, el desierto por el que deambulan sus personajes describe con una claridad meridiana su existencia: silencio, desolación y un horizonte que siempre parece cercano, pero que se aleja más cuanto más te acercas.
Allí, en el oeste, al este del Edén, los últimos habitantes del western recorren la tierra que los verá morir, Huston adelantó la jugada crepuscular de Sergio Leone, Sam Peckinpah y Clint Eastwood, pero jugando a la contra.
The misfits nos muestra a los tres últimos supervivientes del mito americano por excelencia, pero Huston evita el grupo salvaje, o los hijos de perra propios de Leone o Eastwood. Huston cuenta con la narrativa de Miller, por eso en el último viaje hacia el oeste no hay violencia, duelos ni actitudes desafiantes.
Quienes viajan en esa desvencijada camioneta, esos personajes con mucho más de sí mismos que de personajes, cansados y deteriorados por su propia personalidad, viajan en busca de los últimos caballos salvajes, del último aliento con el que entonar algún verso de la balada más triste que se haya escrito jamás.
En su película, Huston no muestra más que perdedores, sin embargo todos consiguen su premio. Por primera y última vez en sus vidas rebeldes, los misfits ganan. Huston y Miller sacan toda su artillería, Clift, Gable y Monroe hacen comprender a Wallach que ese último caballo salvaje no puede hacer otra cosa que lo que ellos han hecho siempre.
Huir hacia delante a través de un desierto que ya no existe, huir hasta que el sol se ponga y no vuelva a amanecer. Y ellos, los misfits, los olvidados, los miserables, deben dejar que huya.
La muerte ha llegado, Marilyn, Gable y Clift le guiñan el ojo con esa actitud desesperadamente divertida a la que estaban condenados, y justo antes de morir, de que Huston y Miller hagan que América se despida de sí misma, el espectador mira hacia el horizonte que el caballo salvaje persigue y no alcanzará jamás.
La película termina, y después, uno tras otro mueren. Gable, Monroe y Clift, como los héroes trágicos y poéticos sobre los que todos los Miller del mundo han escrito siempre.
https://www.filmin.es/pelicula/vidas-rebeldes
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Marzo 2021.