MENTIRAS DE NEÓN.
Cuando en los años 80 del siglo XX Wim Wenders dirigió Paris, Texas, Europa ya era una anciana débil y agotada que observaba fascinada el esplendor juvenil de América. Los ojos casi cerrados por el peso de los siglos de sombras europeas se entreabrían para ver las luces de neón con las que Estados Unidos expandiría por el mundo el sueño americano.

En 1984, Wim Wenders filmó todo esto.
Podría decirse que Paris, Texas es tres cosas: una road movie en la que el espectador sigue el viaje de vuelta desde el infierno hacia la redención del protagonista, una visión irónicamente idealizada del modelo americano a través de los europeos ojos de Wenders, y una radiografía de la América real, más vieja, deprimida, decepcionante y peligrosamente profunda de lo que los neones y el marketing ochentero pretendían mostrar al mundo.
PARIS, TEXAS. EL SOLITARIO CORAZÓN DE AMÉRICA.
Con la ayuda del magnífico guión de Sam Shepard, inspirado en los personajes y costumbres que podemos encontrar en la América depresiva, extraña y hostil de, entre otros, John Steinbeck, Carson McCullers, William Faulkner o Cormac MacCarthy, Wenders se adentra en el corazón del mito americano y golpea en una de sus principales arterias: la familia.

Golpea con tanta fuerza que el espectador y el corazón de América se detienen mientras la cámara de Wenders sigue los pasos de Harry Dean Stanton hacia Nastassja Kinski.
Ambos son el origen y el destino de la road movie que Europa hizo sobre América, del trayecto entre el dolor y el perdón.
Wenders divide la historia en mito y realidad, divide el paradigma del ideal americano en dos; la familia formada por el hermano de Travis es la campaña publicitaria americana, el mito. Y la familia formada por Travis, Jane y a la postre, Hunter, es la realidad.

Todos ellos son personajes disfuncionales, erráticos, tristes y confusos que deambulan por un western eterno, moviéndose lentamente al ritmo de los lamentos de las cuerdas de Ry Cooder.
Hay una secuencia de Paris, Texas -dejo un enlace a pie de texto- en la que los personajes y el espíritu de película convergen en el punto de encuentro entre Travis y Jane.
Allí, en la profundidad de América y la cima de Wenders, Shepard abre las venas de Kinski y Stanton, y Wenders les dice que hablen donde no puedan verse para que la sinceridad y el perdón aparezcan en escena.

Stanton da la espalda a todo aquello que ha venido a buscar para lograr encontrarlo, y Kinski habla con sí misma ante el espejo que Wenders pone ante ella y el espectador, el cual, una vez terminada la secuencia y el viaje entre París y Texas, entre Europa y América, entre el crimen y el castigo, se desmaya justo antes de entrar en coma.
Paris, Texas es una miscelánea sobre el fracaso, la farsa social, económica y corporativa y el vacío existencial que ninguna institución inventada podrá llenar jamás.
Es, además, el canto del cisne del cine que retrató el desencanto durante los años sesenta y se rebeló durante los setenta. Es el último aliento del rebelde en una época y desde un lugar que ya no eran los suyos.
Enlace a la secuencia: https://www.youtube.com/watch?v=hWetWsvHnyg
Película disponible: https://www.filmin.es/pelicula/paris-texas
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Abril 2021.