EL SILENCIO DEL MAR. (JEAN-PIERRE MELVILLE, 1949).

MELVILLE Y LA GUERRA INTIMISTA.

Antes de profundizar en el interior de la guerra encerrada en el mínimo espacio por Jean-Pierre Melville en su maravillosa película El silencio del mar, pongámonos brevemente en contexto.

El silencio del mar. Melville Productions. 1949).
El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

La segunda guerra mundial fue un acontecimiento terrible y definitivo en el camino que habrían de tomar Europa y el resto del mundo de una forma prácticamente irreversible.

Sin embargo, de las catástrofes también nacen Venecias.

Así, tras la guerra surgieron ideas, libros, discos, cuadros y películas grandiosas. El cine se ha servido de esa guerra como medio de expresión filosófica, artística y propagandística en un montón de ocasiones, pero solo hay una película que se abstrae de la realidad exterior y colectiva para encerrar la guerra en una pequeña habitación y dejarla en manos de tres personajes.

El silencio del mar supuso la primera sacudida a los cánones clásicos por parte de Melville. Antes de adaptar el Noir a sus formas y realizar sus películas más reconocidas, Melville decidió que su primera —y más modesta en cuanto en medios— producción lo metería de lleno en un jardín del que probablemente sólo él saldría bien parado.

Y salió, efectivamente.

Su debut cinematográfico es una de las cimas más altas en cuanto a puesta en escena, propuesta y narrativa se refiere.

EL SILENCIO DEL MAR. LA BALADA IMPOSIBLE DEL SOLDADO.

Melville llega al máximo rendimiento con la mínima inversión. Una estancia, tres personajes en manos de tres actores que reinventan la interpretación, un reloj que no deja de sonar y una fotografía austera pero narrativa y hermosa como muy pocas. Eso le basta para trasladar la guerra a una insignificante habitación olvidada en un recóndito pueblo francés.

Howard Vernon, Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Howard Vernon, Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

La premisa es sencilla: Un soldado alemán se ve obligado a hospedarse en casa de un anciano y su sobrina, quienes a su vez se ven obligados a hospedar al soldado. Melville traslada la ocupación alemana en Francia a una insignificante habitación. La guerra se desarrolla en un terreno donde sólo habrá un arma: el silencio.

Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

Esta es la clave que diferencia la película de Melville de cualquier otra visión cinematográfica de la guerra: no hay armas, no suenan las sirenas, no hay gritos, sangre, mierda, hambre, violaciones, ni amenaza alguna. No hay desesperación ni gloria.

Solo hay silencio luchando contra las palabras del soldado.

La resistencia francesa es muda, intelectual, psicológica, obstinada y hostil. El discurso alemán en voz del soldado es sincero, culto, ingenuo y totalmente imposible.

Melville presenta los personajes al espectador de forma clara y directa: Howard Vernon interpreta a Alemania en forma del soldado Werner von Ebrennac, Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain interpretan a Francia mediante la sobrina y su tío, los habitantes de la casa son la Francia ocupada por Alemania.

Howard Vernon. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Howard Vernon. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

Pero más allá de la premisa inicial que nos sitúa ante una invasión forzosa por parte del invitado a sus anfitriones, Melville desarrolla su guerra particular y convierte la película en un milagro único en su especie. Von Ebrennac saca su artillería, comienza el ataque y los habitantes de la casa su resistencia. Melville distribuye los personajes como si pretendiese crear la madre de todas las puestas en escena.

El soldado alemán habla continuamente, comprende la estrategia francesa y se sitúa siempre a su espalda, recorre la estancia y dispara palabras que se pierden en la trinchera hecha de silencio tras la que Francia se refugia. El alemán habla y muestra sus cartas: ama la cultura y la razón, ama la literatura francesa, y en su criminal ingenuidad está plenamente convencido de una fusión entre Alemania y Francia en aras de un futuro humanista, hermoso y constructivo.

La muerte y la destrucción son para él un pasado justificable cuando el futuro prometido haga del progreso la realidad definitiva.

Mientras tanto, Francia escucha sus palabras y resiste, pero poco a poco comprende la verdadera naturaleza del soldado, de ese soldado único, iluso e incluso estúpido en su sabiduría. Mientras ocurre todo esto, Melville nos muestra a los personajes ocupando espacios totalmente opuestos dentro de la reducida estancia en la que la guerra sigue su curso.

Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

En su forzado monólogo, día tras día, el soldado alemán dispara sus ideas de espaldas a los oídos franceses.

Melville nos muestra a Francia sentada, siempre al nivel de nuestros ojos. En cambio, el soldado alemán siempre aparece en pie, por muy inocente que sea la intención de su discurso, Melville posiciona al espectador en su lugar, el alemán siempre aparece en un plano contrapicado, altivo y amenazador.

Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Nicole Stéphane y Jean-Marie Robain . (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

Al fin y al cabo su ingenuidad no justifica en ningún momento el crimen con el que colabora.

Así avanza la guerra entre la palabra y el silencio que Melville encerró en una habitación. A medida que se desarrolla la película, el soldado alemán se ve sometido a dos derrotas, la primera ante sus compatriotas: Ebrennac cuenta a sus superiores cuáles son sus intenciones y su visión de la guerra como una misión, como un mal necesario para un bien universal, humanista y pacífico.

Melville deja que hable y muestra al espectador como Alemania le da un golpe letal. Saturno escucha a su hijo, se ríe de él y lo devora.

Después, el soldado herido de muerte deambula por la ciudad y vuelve al campo de batalla donde le aguarda su segunda y definitiva derrota. Melville muestra al espectador como el silencio francés se ha debilitado en favor de la ingenua intención del soldado. Las palabras han abierto una brecha en la trinchera y por un momento los tres fantasmas que habitan en medio de la guerra creen que otra realidad es posible, tal vez esas manos que Melville nos muestra en planos recurrentes a lo largo de la película puedan unirse.

Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

Tal vez sea posible. Tal vez…
Pero el soldado ya no es el mismo.

La derrota lo cambia todo, cuando vuelve al campo de batalla, las sombras tras las que Melville ha escondido los personajes ya nos impiden ver sus rostros. Y así, en un último ataque, el soldado se despide de su ingenua ilusión.

Jean-Marie Robain. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Jean-Marie Robain. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

El silencio francés cae derrotado, la sobrina sueña con un posible amor, su tío cede a su creciente empatía hacia el soldado que ya no tiene fe ni esperanza. La guerra dentro de esa habitación ha terminado, el silencio francés ha perdido, el soldado alemán ha perdido.

Howard Vernon. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Howard Vernon. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).
Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949.)
Nicole Stéphane. (El silencio del mar. Melville Productions. 1949).

Melville muestra al espectador la despedida con la que la sobrina rompe el silencio mientras fuera la guerra que el cine ha contado siempre de la misma forma sigue su curso.

Pero esa es otra historia.

La que Melville nos contó acerca de la guerra es como un sueño, como el silencio del mar. Algo tan imposible, único y bonito que rinde cualquier voluntad a las armas de esta película maravillosa.

Nadie ha vuelto a contarnos la guerra así. Y nadie lo hará.

https://www.filmin.es/pelicula/el-silencio-del-mar

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Junio 2021.

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