PRAZSKE NOCI. NOCHE Y MISTERIO.
Prazske noci (Noches de Praga o Prague Nights en otras latitudes) hace honor a su nombre, a la noche y el misterio que emanan de la mítica ciudad europea, a los márgenes de la Nueva ola checoslovaca y a la convulsa y sombría estación que surgió de la invasión soviética tras la Primavera de Praga.
El imaginario y muy reconocible aspecto visual del cine realizado en el este de Europa cuenta con una extensa lista de referentes, de los cuales muy pocos —o prácticamente ninguno— se apartan del Fantastique, género matriz del cine en sí mismo y punta de lanza de aquellos días que dieron una segunda vida del cine como un cuento narrado en base al sueño, la noche y los colores del misterio.
El cine de animación es una de las plazas fuertes del cine checoslovaco, hasta el punto de cimentar gran parte de su prodigioso imaginario en esta disciplina cinematográfica capaz de hacer realidad cualquier cosa imaginable. Sin duda, el rey de estos mundos imposibles es el irrepetible Jan Švankmajer, pero hay seres mágicos que viven al margen del reconocimiento.
No es por casualidad que de los tres directores de este insólito viaje (Jirí Brdecka, Milos Makovec y Evald Schorm), haya uno —Brdecka— responsable de algunos títulos magníficos, y por desgracia olvidados, de las fantasías animadas checoslovacas. Entre 1944 y 1981, Jirí Brdecka dio vida a las criaturas que habitan en 35 cortometrajes de animación, entre los que se encuentran piezas maestras como Pomsta (1968), basada en un cuento de aquel poeta de la tristeza y el misterio que fue Gérard de Nerval.
Praszske noci es un preciado y extraño ejemplo del cine hecho por y para los malditos.
SUCEDIÓ UNA NOCHE…
No hay relación alguna entre este compendio de sueños y aquella pieza maestra del también artífice de mundos soñados que fue Frank Capra llamada Sucedió una noche (1934). Sin embargo, esta serie de fenómenos extraños sucede en lo más recóndito y enigmático de la noche.
Fabricius (Milos Kopecký), un solitario hombre de negocios busca en la noche de la Praga moderna una diversión que poder pagar con su dinero. Mientras fracasa y deambula por las luces de la ciudad, cruza su camino con el de Zuzana (Milena Dvorská), una enigmática mujer que parece surgir de la misteriosa noche y que —lejos de ceder a las sórdidas ofertas de Fabricius— desvía la ruta del empresario. De las luces y el bullicio del progreso, ambos viajan hacia el silencio y la oscuridad de un viejo cementerio.
Allí, entre la quietud de la muerte y el misterio, Zuzana elude lo que Fabricius pretende comprar, pero ofrece al comerciante una distracción inesperada, un viaje por el tiempo y el espacio en forma de cuentos en la oscuridad, de historias cortas independientes entre sí y unidas por ciertas moralejas. La película del fantástico trío checo reclama el legado de las clásicas películas episódicas del expresionismo alemán, y al mismo tiempo entronca con las historias cortas contemporáneas anglosajonas producidas por la Hammer, Amicus y compañía.
Esta ronda nocturna por los misterios alude al pasado expresionista y confraterniza con (aquel) presente anglosajón, pero a la vez traza claramente sus rasgos de identidad. Aceptase o no las premisas sociales de la Nová Vlna, el cine checo de la época tenía una serie de características estéticas y narrativas comunes que esta película —por mucho que viva en los márgenes de la realidad— no elude en absoluto.
Antes de iniciar su ruta fantástica, las pasiones en las que incidía el cine social checo de aquellos días quedan patentes en la introducción de la película, si bien las cuestiones sociales y filosóficas se tratan de forma mucho más liviana que en las obras totalmente entregadas al movimiento.
Superado el tramo inicial y sus ligeras concesiones al misterio, el mundo retratado en un sobrio blanco y negro da paso a una de la señas de identidad inequívocas del imaginario checo: el uso de la fotografía en color, un elemento determinante que resulta enigmático y hermoso en general dentro de la narrativa checa, y en este caso en concreto recuerda especialmente a los tonos de la obra maestra de Serguéi Paradzhánov, El color de la granada (Tsvet granata, 1969).
Es cierto que esta Noches de Praga no alcanza las cotas de los estandartes del fantástico checoslovaco, pero esta osada aventura que recorre el universo del cine narrado a modo de cuento, tiene el suficiente arrojo como para abordar un monstruo de la envergadura de un Golem (una de las figuras insignes del cine expresionista) en la primera de sus historias cortas, marcada tanto por ambiciones mundanas y pasionales como por tribulaciones emocionales y filosóficas.
En este primer tramo del camino que muestra una insólita y atrevida versión del ídolo judío, la sensualidad imperante en el cine de aquella época y geografía convive con la influencia visual del cine soviético y los pesares propios de la narrativa fáustica, profundamente marcada por el misterio y los factores cabalísticos.
La senda fantástica continua, y el espectador contemplará las extravagancias y deseos primarios de la aristocracia del siglo XVIII, entregada a las pasiones —que van desde el erotismo al terreno gastronómico—, y seguirá camino hacia exóticos ambientes orientales que reclaman los días de Las mil y una noches, días en los que las voluntades se rinden al aliento de diversas pócimas y peculiares hechizos.
Prazske noci no es una de las obras maestras del impagable cosmos fantástico checoslovaco, pero es una fascinante película maldita que recorre la noche a través de sabios atormentados, ricos comerciantes frustrados, pasadizos y ponzoñas, deseos y sensualidad que conducen a la muerte misma, que cabalga esta vez a lomos de un vehículo imposible, un Mercedes Benz sobrevolando la noche de la ciudad moderna, sometida sin saberlo a los designios de la hipnótica Zuzana y la terrible sonrisa de su Caronte particular.
No es una obra maestra, pero este cuento sobre la noche y el misterio es una película hermosa y fascinante. Un sueño imposible del cine maldito que sucedió una noche…
https://www.youtube.com/watch?v=Q5F4U2jdZVc
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Mayo 2024.