EL ÚLTIMO VALLE. (JAMES CLAVELL, 1971).

JAMES CLAVELL.

EL FIN COMO PRINCIPIO.

El último valle es un título de lo más elocuente. Lo es tanto desde el punto de vista del cine épico y de aventuras, como desde su sistema habitual de producción y la discreta carrera como director de James Clavell.

El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).

Clavell escribió el guion de mitos cinematográficos como La gran evasión (John Sturges, 1963) y To Sir, with Love (Rebelión en las aulas, película que él mismo dirigió en 1967), pero solo firmó como director una gran película en el sentido más amplio de la palabra.

Si bien el último título que dirigió Clavell fue The Children’s Story, una producción televisiva de 1982, El ultimo valle fue su canto del cisne cinematográfico, y fue además una película desafiante y crepuscular en lo que a forma y lugar en el tiempo se refiere, pues en 1971, una obra concebida y armada como una superproducción épica de aventuras bélicas ambientada en el siglo XVI sin escatimar absolutamente nada en cuanto a vestuario y ambientación, solo podía tener el fin como principio.

Así, como si se tratase de la última aventura, El último valle se alzó en batalla de una forma desmesurada y suicida.

EL ÚLTIMO VALLE. ÉPICA, ELOCUENTE, SUCIA Y SALVAJE. 

En los créditos iniciales de esta gigantesca producción entre Estados Unidos e Inglaterra, Clavell recurre a las formas de las aventuras clásicas que levantaron sus películas monumentales durante los años sesenta, basadas en la herencia que habían dejado tres décadas del mayor espectáculo del mundo. Pero hay un matiz oscuro, una ácida elocuencia que invadirá la película…

Fiel a ese titánico planteamiento, El último valle se armó con un reparto estelar encabezado por Michael Caine y Omar Sharif, secundado por la magnífica y nunca bastante reconocida Florinda Bolkan y una ingente cantidad de interpretes propia de las grandes superproducciones que en aquella década de los setenta resultaban casi un anacronismo.

El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).

La naturaleza de la película, su concepción inicial fue la de una superproducción, y así se abordó en sus aspectos principales.

Además del reparto estelar y numeroso, el magnífico vestuario y ambientación y la épica música de John Barry (la banda sonora es absolutamente demoledora), la película se rodó bajo la dirección de fotografía de Norman Warwick y John Wilcox en el majestuoso  formato «Todd-AO», una barbaridad en cuanto a calidad de imagen y sonido surgida en los albores de la década en la que el cine centraría los esfuerzos de los grandes estudios en ofrecer colosales espectáculos para competir con la expansión de la televisión.

Sin embargo, el destino para este último valle habría de mostrarse cruel e irónico, pues en 1971, tras una década en la que el cine monumental vivía una segunda era de gloria, el cine rebelde y desencantado se abría camino paralelamente hacia la década en la que las películas solo caminaron por el lado salvaje.

El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).

Clavell fue lo bastante hábil como para adaptar su gran producción épica de aventuras históricas a los nuevos tiempos, pero el público de aquellos dio la espalda a una épica que, pese a que supo mostrarse elocuente, sucia y salvaje, cayó derrotada por la taquilla.

La película se hundió en la quiebra y el olvido, sufrió mutilaciones que redujeron el esplendor colosal de su formato original y fue reducida a copias de ínfima calidad que —aun a día de hoy— impide verla tal y como se concibió. Pero esa, aunque triste y lamentable, es otra historia…

Decía antes que la naturaleza de la película fue el de una superproducción que supuestamente debió haber heredado la majestuosidad y el carácter de los personajes del cine clásico de aventuras.

Pero en 1971 los días de Errol Flynn e incluso los más recientes y gigantescos escenarios del «Peplum» quedaban narrativamente muy lejos, por eso Clavell forjó su película en base a una contradicción que por una parte la condenó, y por otra le aportó un valor narrativo mucho más brillante e incisivo de lo que puede parecer a simple vista.

Tanto por la época histórica que retrata —son muy escasas las películas centradas en la guerra de los treinta años y sus motivos, idiosincrasia social, implicaciones y consecuencias reales—, como por la ácida e imparcial inteligencia con la que Clavell (a partir de la novela homónima de J.B. Pick), afronta esta encrucijada mundial entre los vestigios del paganismo, la filosofía pragmática renacentista que veía con buenos ojos como languidecía el dios del otro (y aun muy poderoso pese a los nuevos tiempos), rival y protagonista de la película: la religión.

Tanto por una cosa como por la otra, la elocuencia sucia y salvaje de esta película que intentó ser épica y logró ser un atrevido acto suicida de elocuencia e ironía, dio como resultado una maravillosa película prácticamente única en su especie.

El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).

Mencionaba antes que hay en los créditos iniciales un matiz oscuro, una ácida elocuencia que invadirá la película y será su seña de identidad permanente; las figuras que escenifican las acciones a través de los nombres de los intérpretes no representan actos heroicos inspirados por seres divinos, al contrario, muestran un suelo fino sobre un profundo abismo oscuro, y sobre ese suelo Clavell somete a una especie de danza macabra a la muerte vestida para la guerra y la oración, los dos entes que en su afán por conquistar y someter al mundo lo destruirán.

La elocuencia sucia y salvaje, el mordiente de la película (mucho más cercano a las aventuras teñidas de oscuro de Richard Fleischer que a las inocentes y melifluas andanzas de Michael Curtiz, George Sidney o Richard Thorpe), se mimetiza con la década cinematográfica a la que pertenece, y aunque sacrifica en su narrativa suicida la majestuosidad que ni la película ni el público merecieron perder y perderse respectivamente, gana la batalla.

Ua batalla entre la inteligencia ancestral del personaje de Florinda Bolkan (insisto en resaltar su enorme presencia y aportación), el existencialista y vehemente soldado que sabe para qué ha venido a esta tierra maldita en la elegante piel de Michael Caine, la duda perpetua del filósofo errante que tantas veces fue para el cine Omar Sharif, y la pasión ciega, enloquecida e incendiaria del miembro poderoso de un dios que contemplaba el débil crepúsculo de un sol que tal vez no se ponga jamás, mientras el suelo sigue soportando la sangre, intrigas, pulsiones y ambiciones dinásticas de aquellos que caminan bajo un cielo sin dioses por los que luchar.

El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).
El último valle. (ABC Pictures, 1971).

El último valle rinde todos los honores a su condición. Es una película colosal, ojalá algún día podamos contemplarla en todo su esplendor.

https://www.primevideo.com/detail/El-%C3%BAltimo-valle/0JP51F5GH8L5NLTL2NH2KN208K

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Mayo 2023.

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