LA LARGA NOCHE DEL 43. (FLORESTANO VANCINI, 1960.)

VANCINI & PASOLINI.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL NEORREALISMO. 

En 1960, con los días de Saló lejanos en el calendario, Florestano Vancini recorrió La larga noche del 43, una noche sin fin que habría de extender su oscuridad hasta nuestros días y más allá. Pero esa es otra historia.

La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

La que contó un Vancini aliado proféticamente en el guión con Pasolini -pues él mismo volvería sobre el tema de la República de Saló el mismo año de su asesinato, con la polémica  Saló o los 120 días de Sodoma– supuso uno de los mejores y menos reconocidos títulos del neorrealismo en general, no solo del tardío que, aunque ya en aquel año iniciaba su ocaso, todavía guardaba alguna de sus mejores armas. Entre ellas, la obra maestra del mismo Pasolini, Mamma Roma.

Partiendo de la novela de Giorgio Bassani, Una notte del ’43, el propio Vancini, Ennio De Concini y el amigo del novelista, Pasolini, crearon a tres manos un guión que resultó ser un poético y fantasmal requiém por algunas de las víctimas del fascismo asesinadas en la Ferrara natal de Vancini durante las represalias tras la Campaña de Italia.

La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

Bajo esa premisa y con los principios básicos del neorrealismo por bandera -el rigor casi documental ante la realidad social narrado de la forma más hermosa posible- nació una de las últimas grandes obras del movimiento.

Sin embargo, la gran película de Vancini no entroncaría solo con la obra maestra de Pasolini, su formas espectrales también la emparentan con la futura película de Luigi Bazzoni, La mujer del lago. Una obra envuelta en melancolía que, debido a su evocador espíritu de un próspero tiempo que no volverá, la convierte posiblemente en el último título con tintes neorrealistas. Una vez establecido este parentesco, volvamos sobre la película en cuestión.

LA LARGA NOCHE DEL 43.

TIEMPO RETENIDO EN LA NIEBLA.

Cuando el espectador tiene la suerte de enfrentarse a esta pieza desesperada sobre la pasión rendida a la resignación y la cobardía, sobre un tiempo que no avanza y hace de los protagonistas fantasmas vivos que ansían solo aquello que no pueden tener, centra su atención en la hermosa fotografía del genial Carlo Di Palma aliada con el acertado -y casi único en su especie- aspecto fantasmal con el que Vancini doblega los espíritus de los cuerpos que van a la deriva por la película.

Belinda Lee y Gabriele Ferzetti. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Belinda Lee y Gabriele Ferzetti. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Belinda Lee y Enrico Maria Salerno. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Belinda Lee y Enrico Maria Salerno. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

Esa sensación laberíntica y cíclica que transmiten los personajes mientras deambulan bajo una niebla opresora -una especie de aliento viciado del monstruo que invade el pueblo- recuerda por su enigmática belleza, y en cierto sentido por la búsqueda de la felicidad por parte del personaje de Belinda Lee, a una de las obras capitales del gigantesco Visconti, Noches blancas.

Pero el parecido es sutil, las profundidades hacia las que viajan ambas películas van en direcciones diferentes, aunque la belleza de las formas sea similar. Visconti ofrece a sus personajes la posibilidad de una búsqueda, porque en su noche eterna existen los sueños. Vascini condena a los suyos a la vil resignación de los cobardes que alían su silencio con el mal y a una huida abierta que los sitúa en el punto de mira. Los sueños de Visconti son tristes, los de Vascini, dolorosos, frustrantes y letales.

Gino Cervi. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Gino Cervi. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

Esa es una de las principales claves de la película, Vascini utiliza el filo de la niebla y corta el tablero en dos. Ante el enemigo solo hay dos opciones, servir y morir durante toda tu vida o vivir un instante de libertad y morir. Así, ante el terrible destino que impregna la película, un reparto que podría una vez más reinventar la palabra interpretación, se adueña de la película.

Enrico Maria Salerno y Gino Cervi. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Enrico Maria Salerno y Gino Cervi. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

La trama avanza apoyada en la continua pericia y belleza visual del dúo formado por Vascini y Di Palma, pero la filosófica poesía aportada al guión por Pasolini y asumida por los actores lleva la película a la cima. Uno tras otro, los personajes se perfilan en esa niebla cada vez con más claridad. Todos, desde los excelentes protagonistas dando vida a esos fantasmas encadenados al tirano fascista Gino Cervi: Belinda Lee, Gabriele Ferzetti, Enrico Maria Salerno, Andrea Checci, Nerio Vernardi -y en una mucho más que anecdótica aparición- la nada desdeñable aportación de Raffaella Carrá, hasta el sobrio y eficaz abanico de secundarios que pueblan la película. El reparto de esta película es ejemplar.

Todos los personajes y sus objetivos, todo aquello que persiguen y los persigue alcanza de lleno nuestros sentidos como espectadores, y nos atrapa en esa niebla por la que navegan las miserias y pasiones que jamás lograrán ver luz de un nuevo día.

Pino Barilari, el antiguo soldado de las tropas fascistas sitiado por la sífilis contraída en un burdel, lisiado de por vida en su forzada atalaya desde la que lo ve todo, desde la que guardará un cobarde, resignado y servil silencio.

Una atalaya consistente en un pequeño piso que solo se comunica desde el interior con la farmacia en la que su esposa Anna Barilari se deja morir cada día un poco más, mientras el farmacéutico sin nombre, pasado ni futuro la observa en silencio, incapaz de manifestarle su amor.

Un amor que ella busca cada día en el cuerpo lisiado de Pino, un amor que tanto el presente como el pasado que busca recuperar desesperadamente en su antigua pasión con Franco Villani se burlará de ella como el destino cruel y la muerte se ríen de todos los personajes de la película. Ese amor responderá fugazmente a la pasión entre Anna y Franco, pero la maldición con la que Vascini ha condenado a los fantasmas de su película es implacable.

La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

El pérfido plan urdido por el fascista Carlo Aretusi, obsesionado con recuperar sus días de gloria, surte efecto. Una vez asesinado el miembro de su propia formación que se le oponía, inculpa al honrado y -único personaje valiente de la película- abogado Attilio Villani, padre de Franco, quien será fusilado durante esa larga noche del 43 que no terminará jamás. Un crimen presenciado por el testigo postrado en su torre, un testigo que ve como todo muere a su alrededor, pero que jamás hablará.

La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
La larga noche del 43. (Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

Las miradas que cruzan el soldado y el nuevo amo del lugar en la fatídica noche son lo bastante elocuentes como para decir nada. La visita que más tarde le hará el renovado cacique del pueblo, tampoco necesita decir más. Los antiguos camaradas mantienen sus lazos, sus pactos y su fría y forzosa amistad.

Las miradas que cruza con su mujer cuando ve desde su atalaya como regresa de la única ocasión que tendrá bajo esa niebla de liberar su pasión, la misma noche en la que ambos contemplan los cadáveres sepultados por el aliento del monstruo que los oprime, tampoco necesitan palabras.

Belinda Lee y Enrico Maria Salerno. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Belinda Lee y Enrico Maria Salerno. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

Después, sencillamente, Vascini dicta sentencia y los personajes desparecen en su propio camino. Franco huye de la tumba de su padre, Anna se entrega a su espectro tras el rechazo de Franco, Carlo afianza su lugar en ese mundo diseñado por y para él, y Pino, el testigo mudo de ese lugar maldito, se pierde en la niebla y el olvido.

El sol sale y brilla con luz discreta, como si temiese revelar demasiado, Franco regresa con el peso de los años sobre su cuerpo y una familia que lo salvó de lo único que en realidad quería. Entra en la farmacia para contemplar el rostro de los fantasmas una última vez, pero se han ido. La niebla se los llevó donde pudiesen ocultarse de ese sol que muestra un nuevo día en el que todo ha cambiado, pero donde todo sigue igual.

Belinda Lee. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)
Belinda Lee. (La larga noche del 43. Ajace PC, Eurointer, Films Metzger et Woog. 1960.)

La larga noche del 43 es el último fantasma del neorrealismo, es tan hermosa y dolorosa que no terminará jamás. Vayan dónde vayan los fantasmas que la habitan.

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

https://ok.ru/video/1266217126601

David Salgado.
©24 sombras por segundo. Agosto 2021.

 

 

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