NICOLAS ROEG.
CINE MALDITO AL OTRO LADO DEL MUNDO.
Fiel a su nombre, Walkabout nos muestra en sus primeros pasos el suelo sobre el que Nicolas Roeg edificará su extraña —en cierto modo onírica—, y salvaje crónica existencial.
Hubo un lugar al otro lado del mundo en el que el cine salvaje y maldito de los años setenta se desarrolló. Hacia finales de aquella época demoledora, y muy lejos de aquella latitud, el australiano Peter Weir perturbó el concepto mundial de la realidad con dos películas excepcionales; Picnic at Hanging Rock y La última ola pusieron la cinematografía australiana en el ojo de todo el mundo.
Pero antes, en los albores de la misma década —como si se tratase de una continuación de la historia colonial— el británico y excelente director de fotografía Nicolas Roeg se adentró en las profundidades salvajes para contar una historia que abarca más —mucho más— de lo que parece a simple vista.
La película comienza con una narrativa visual excelente, pero no supone una novedad. La caótica y rutinaria soledad con la que la sociedad moderna crea su propia enfermedad letal, la incomunicación —tanto a nivel masivo como particular dentro del núcleo familiar— no era algo nuevo a esas alturas, especialmente tras el cine de la década anterior, tan marcado por el descontento.
Sin embargo, el arma de Roeg está bien cargada.
Tras los primeros compases a ritmo de alienación social, el padre de la familia protagonista —en la que ninguno de sus miembros se dirige apenas la palabra— se marcha con sus dos hijos en su coche.
Recorre la ciudad, salvaje y cruel con las criaturas que la habitan, y sencillamente —en un plano por parte de Roeg desbordante de narrativa— el escenario se divide en dos, pasando en un solo plano de la jungla urbana, sucia, calurosa e implacable, al desierto australiano, denso, casi infinito y letal.
Roeg muestra la extraña excursión de una exquisita y leal al protocolo familia británica. Hay algo extraño en el ambiente y la situación, pero todo parece transcurrir con una aceptable normalidad.
Hasta que Roeg pulsa el detonador.
Con el picnic —que anticipa el de Weir— montado y la merienda familiar lista, la crisis y el hastío existencial de padre de familia explota, y como si de un duelo al sol se tratase, devuelve los disparos que su hijo efectúa con su pistola de agua.
Solo que Roeg carga el arma paterna con munición real, la película abre fuego y el espectador ya no puede apartar la vista de lo que ocurre.
Los niños se refugian tras una roca del desierto mientras su padre intenta asesinarlos; a continuación, sin tregua por parte de Roeg, el padre se suicida mientras el coche familiar arde a su espalda.
En apenas diez minutos de metraje, la perfecta familia británica desaparece bajo el sol de un desierto en el que un niño y una adolescente se enfrentarán de lleno a un Survival físico y emocional.
Roeg no da tregua.
WALKABOUT.
El MISTERIOSO VIAJE A NINGUNA PARTE.
A partir de ese momento la película vuelca su peso en la magnífica interpretación —tanto a nivel técnico como emocional— de Jenny Agutter.
Walkabout (tal y como indica la película en los créditos iniciales) es un viaje alrededor de la tierra, una prueba en la que, como si de una Esparta moderna se tratase, la muerte escogerá una víctima entre la inocencia infantil y juvenil o la propia vida.
Una de las dos caerá en sus manos.
Solos ante la terrible inmensidad de la naturaleza del desierto, los dos hijos de la reina madre emprenden un viaje de retorno a la Australia original, al mundo aborigen que basaba su existencia en un desafío continuo al lugar en el que habita.
De pronto, esos dos hermanos perfilados por la civilización, descubren que la naturaleza les tiende la misma mano que los empujará al abismo.
Fiel a su naturaleza irónica y contradictoria, el desierto ofrece una tregua a sus víctimas; los dos hermanos, urbanitas y civilizados cruzan su camino con un joven aborigen que lleva a cabo su Walkabout, su paseo por la tierra en busca de la supervivencia, de la pérdida de la juventud o la vida.
Desde ese momento los dos extremos del mundo unen sus fuerzas, pero Roeg —igual que su película y la propia naturaleza— se muestra implacable. La incomunicación que regía la vida de los dos hermanos en su jungla de asfalto, se impone también aquí, en este forzado cruce de culturas.
El adolescente aborigen no habla el idioma de los dos hermanos, y ellos no hablan el suyo. Es a partir de esa norma inquebrantable, cuando la película entra de lleno en el mundo de los sentidos.
Sobre el papel, Walkabout no pasaría de un Survival filosófico y un tanto extraño, pero el despertar infantil y adolescente se apodera de la película —especialmente en el aspecto sexual entre las adolescencias de la anglosajona y el aborigen— dando al conjunto un aspecto onírico, una ambigüedad en lo que se refiere a la existencia misma del viaje y su destino.
Profundamente marcada por la fotografía del propio Roeg y la excelente y medida música de John Barry, la realidad se muestra como un ejemplo de belleza terrible a través de sus paisajes; pero al mismo tiempo, brindada especialmente por la mano de la inteligente interpretación de Jenny Agutter, el sueño y ambigüedad siembran la duda.
¿Hacia dónde va ese viaje, si es que realmente tiene un destino?, ¿es real lo que vemos, o es un bucle fruto de la febril imaginación de las mentes adolescentes condenadas a sus respectivas realidades?
Cuando el viaje concluye y cada uno de los tres miembros afronta su destino —el aborigen el fracaso y la muerte física, y los niños el fracaso y el exilio de ese paraíso hostil para regresar a la civilización que los enterrará en vida— Roeg siembra de nuevo la duda con su ambiguo planteamiento.
La mirada de Jenny Agutter, cuando, sumida en la rutina se abraza a su pareja y pierde la mirada en sus recuerdos, en su particular Walkabout, no responde a la pregunta. ¿Recuerda aquel viaje, o desde allí, desde aquel bucle salvaje, sensorial y extraño, vislumbra lo terrible de su posible existencia al final de ese viaje a ninguna parte?
Walkabout es, ante todo, una película mágica y misteriosa.
Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES
https://www.primevideo.com/detail/Walkabout/0J832T0N8BSV3NJ07NZ8BV8J1E
David Salgado.
©24 sombras por segundo. Diciembre 2021.