LOS OJOS SIN ROSTRO. (GEORGES FRANJU, 1960.)

GEORGES FRANJU. EL CINE POR AMOR AL CINE. LAS CLAVES DE UNA PELÍCULA ÚNICA.

Para ir directamente al fondo de la -en todos los sentidos- excepcional película de Georges Franju, Los ojos sin rostro, debemos dar un necesario y previo rodeo.

Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Es sabido que la fantasía, la ciencia ficción y el terror han sido tachados de géneros menores por parte del postureo y la impostura intelectual de la crítica con más aprecio por su reflejo en el espejo y la foto en su libro que por la esencia del cine: contar historias.

Afortunadamente hay quienes tienen ojos para ver más allá de su rostro, y así Los ojos sin rostro cuenta con la admiración que merece por parte de un irreductible grupo de aquellos que sólo buscan el desmayo.

Franju juega con todo lo que el cine y el imaginario del terror ponen a su disposición, pero al mismo tiempo prescinde de todo lo que el espectador espera y rechaza en su hastío de tópicos.

Los ojos sin rostro. (Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Los ojos sin rostro. (Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Es esto precisamente -aquello que Franju utiliza y rechaza- lo que nos da algunas de las claves de la película.

Veamos de qué hablo.

Si observamos con atención, veremos en Los ojos sin rostro la mirada -ante todo en los planos exteriores nocturnos- de la descomunal película del compatriota y contemporáneo de Franju, H.G. Clouzot, Las diabólicas.

Alida Valli. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Alida Valli. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Alida Valli y Juliette Mayniel. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Alida Valli y Juliette Mayniel. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Con esto obtenemos un parentesco doble, pues Clouzot era conocido por su maravillosa similitud -que no plagio- con Alfred Hitchcock, y así, Franju también entronca su película con el gigante británico.

Por otra parte, el azar quiso que tanto Psicosis como Los ojos sin rostro abriesen la que resultaría ser una de las décadas más gloriosas del cine.

Los ojos sin rostro. (Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Los ojos sin rostro. (Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Alida Valli. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Alida Valli. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Además, tanto Los ojos sin rostro como Psicosis han marcado profundamente a la generación que vendría a volar todo por los aires. Se establece así una especie de trío de ases entre Clouzot, Hitchcock y Franju.

Un número -el tres- que parece marcar de una extraña y enigmática forma la película, pues otra de sus claves fundamentales se encuentra en el trío de ases que llevó la interpretación a la cima: Édith Scob, Alida Valli y Pierre Brasseur. Lo que hizo este reparto, no es de este mundo.

Edith Scob, Alida Valli y Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob, Alida Valli y Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Pero volvamos a la primera clave, a la miscelánea cinematográfica de una película única.

Para volarnos la cabeza, Franju tira de expresionismo sin histrionismo, de Cocteau sin candidez, de Hitchcock -nuevamente- sin más, (al maestro no le sobra nada, por eso Alida Valli nos lleva de cabeza a Rebecca sin tapujos), del concepto de mad doctor sin Frankenstein, de la frustración y la venganza sin el barroco romántico del fantasma de la ópera, del noir sin mujeres fatales y seductores atormentados, etc… incluso nos profetiza el Halloween de Carpenter.

Edith Scob y Alida Valli . (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob y Alida Valli . (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Pero por si estas dos claves -el reparto y el conjunto de influencias de una película a su vez única- no fuesen bastante, hay un tercer pilar sobre el que la película sustenta su exclusividad: La ausencia de elipsis.

Los ojos sin rostro no solo es un milagro por el fondo y la elegancia espectral de sus formas, lo es también por su desafiante narrativa.

Nos encontramos ante una película con exactamente 88 de metraje, 88 minutos con créditos incluidos, para presentar los personajes -el conjunto de secundarios es tan numeroso como magnífico- sus conflictos, el desarrollo de la historia y el final.

Insisto, 88 minutos para llevar a cabo una trama que -incluso entonces- ya podría considerarse trasnochada. Pues no contento con el desafío que supone un metraje tan escaso, Franju impone su oficio extraterrestre y manda la elipsis al carajo. En la secuencia del trasplante -no pondré ninguna fotografía, vean la película- el espectador asiste a todo el proceso.

Todo lo que cualquier otro habría ahorrado mediante una elipsis, Franju lo incluye. Pero eso no es todo, no vemos lo que ocurre en ese momento como un alarde sensacionalista de casquería barata propio del gore gratuito y/o los subproductos de los ochenta.

Tampoco se trata de resaltar la pericia en el maquillaje y los fx -no olvidemos que esto es serie B– ni de utilizar la violencia como un recurso narrativo desde el punto de vista poético o literario como harían tiempo después Arthur Penn, CoppolaPeckinpah. No.

Franju desafía el montaje y los tiempos de la película con un ritmo fantasmagórico, lento y hermoso por un lado. Por otro, incluyendo una secuencia sin la que la película mantendría todo su sentido, pero perdería una jugada maestra de la sensibilidad.

Ese es el punto de inflexión de Franju. El sentido y la sensibilidad del trío de personajes prisioneros de una humana obsesión creadora de fantasmas. Esa secuencia es necesaria porque muestra todo el dolor, la distorsionada ambición y la muerte en vida a la que un error humano condena las vidas que forman su reducido universo particular.

En esa secuencia, el mad doctor no desafía a ningún dios, no posee ningún poder sobrenatural y no pretende resucitar fantasmas de amores pasados. Solo quiere enmendar un error tan natural y posible como la propia vida, de un modo tan antinatural e imposible que el mundo real se convierte en un sutil, hipnótico y humano cuento de fantasmas muertos en vida.

En esta deliberada y extraña ausencia de elipsis, Franju desafía el tiempo y el espacio cinematográficos, y con su victoria la humanidad gana una película irrepetible. Ahora, sumemos a todo esto las hermosas e impagables música y fotografía de Maurice Jarre y Eugen Schüfftan, y solo será posible obtener…

Un milagro.

Y ahora, continuemos.

LOS OJOS SIN ROSTRO. EL MUNDANO FANTASMA DE LA LIBERTAD.

Franju pone en juego todas las piezas, pero -tras su aparente exceso de carga- aligera la partida tirando lastre y nos sitúa frente a la jaula en la que sus monstruos viven y de la que pretenden huir, una jaula tan sólida e indestructible como el pasado en el que Pierre Brasseur los encerró a todos cuando desfiguró a Édith Scob mediante algo tan humano y superficial como un accidente de automóvil.

Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

La maldición que pesa sobre la jaula que los encierra no proviene de un desafío a dios como en Frankenstein, no se trata de una venganza por amor como en Drácula, ni hay fantasmas deambulando por colinas envueltas en niebla como en un cuento romanticista.

Es algo tan mundano, tan terrenal y palpable que acojona de verdad.

Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

El padre creó el monstruo y ahora los condena a todos a la búsqueda de un remedio. Cuánto más intenta huir más estrecha el cerco de la prisión en la que los ha encerrado. Esa es la última de las claves de la historia de terror humana que Franju nos regaló.

Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Pierre Brasseur. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Nadie puede huir del monstruo porque se alimenta precisamente de la intención de escapar que lo creó. No importa que su hija quiera librarse de la máscara, abrir la jaula y dejar que todos salgan al mundo exterior.

Lo único que puede traer la paz a su padre es devolver a su lugar el rostro que se la quitó, el mismo rostro que él arrebató y le observa oculto tras la máscara que los mantiene a todos encerrados.

Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Fausto en manos de Mefistófeles, Frankenstein en manos del hombre, el fantasma de la ópera en manos del odio y el olvido más amargos…

Ninguna criatura sobrenatural, maldición o fantasma es capaz de inspirar el mismo temor que la desesperación y las obsesiones humanas.

Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Eso hizo Franju, una película de terror.

Un cuento dónde un espectro vivo deambula en busca de la libertad. Un espectro que, al fin, tras condenar a sus verdugos, camina en libertad hacia un lugar que no veremos jamás.

Eso es todo.

El resto es desmayarse antes de entrar en coma.

Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)
Edith Scob. (Los ojos sin rostro. Champs-Élysées Productions, Lux Film. 1960.)

Feliz viaje de vuelta hacia la noche. #SHADOWSRULES

https://www.filmin.es/pelicula/los-ojos-sin-rostro

David Salgado.

©24 sombras por segundo. Junio 2021.

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